Edificio Lloyd’s en Londres, Richard RogersUn paseo por una de las obras maestras del arquitecto Rogers, un edificio de oficinas digno de ser comparado con las majestuosas catedrales góticas.
Arquitecto británico nacido en Italia en el año 1933, fue alumno de la Architectural Association School de Londres y de la Universidad de Yale de Connecticut, emprendió su carrera junto con su mujer y el matrimonio Foster para formar un despacho de arquitectura bautizado como Team 4, un estudio que a pesar de realizar grandes obras como la de Reliance Control Factory de Swindon terminó su andadura en 1967, dando paso a la colaboración de Rogers con uno de los grandes italianos, Renzo Piano.
Una magnífica carrera en la que colaboraciones y trabajos conjuntos con grandes arquitectos, así como su actividad docente en diferentes universidades estadounidenses de gran prestigio, han conformado un estilo característico en Rogers, una estética pragmática que lo lleva a confirmarse como uno de los grandes arquitectos del Siglo XX con magníficas obras entendidas por unos y desprestigiadas por otros.
Tras su separación de Renzo Piano en el año 1977, Rogers llevó de nuevo su despacho a Londres. Emprendiendo nuevamente su carrera en solitario la firma aseguradora Lloyd’s fue su cliente y como resultado una de las primeras obras maestras del estudio, El Edificio Lloyd’s de Londres.
La empresa Lloyd’s trabaja paralelamente con una gran cantidad compañías con parte de sus contratos asumiendo gran riesgo, por lo que se requiere de grandes espacios como su llamada “sala de firmas” un espacio de impresionantes dimensiones en el que trabajan hasta 10.000 personas. Un edificio consecuente con la continua expansión de la empresa por lo que su diseño inicial debía dejar la posibilidad abierta a la ampliación.
Un proyecto ejecutado entre los años 1979 y 1986, una edificación de cuerpo sencillo y rectilíneo, con un volumen general que se ve acentuado por naves centrales las cuales se encuentran envueltas de los servicios de aprovisionamiento del edificio con una estética cercana a lo industrial. Las esbeltas naves que componen su arquitectura recuerdan a iglesias góticas, catedrales de capital, como escribió Gert Kähler en la revista “Werk, Bauen+Wohnen”. La Torre Lloyd’s se considera como uno de los edificios que mejor reflejan el comienzo de la era del culto de la imagen.
