De casa burguesa a hotel contemporáneo, Na Travessa por DEPA ArchitectsEl colectivo de arquitectos portugueses DEPA transforma con sensibilidad una morada familiar con más de 150 años
El Hotel Na Travessa se ubica en el corazón de Oporto, en la Travessa de São Sebastião, y es el resultado de la transformación de una casa tradicional burguesa que data de mediados del siglo XIX. El profundo estado de degradación de la preexistencia no fue impedimento para que el proyecto que alberga el nuevo programa conserve el alma de antigua casa. Sin pastiches arquitectónicos, los elementos de interés provenientes de la demolición fueron reaprovechados e incorporados en armonía y diálogo con el diseño contemporáneo.
El estudio creativo responsable de esta transformación es el colectivo Depa, creado en Oporto en el año 2009 y cuya obra arquitectónica se caracteriza por integrar conocimientos en ciencias sociales además de los técnicos característicos de la disciplina.
El objetivo era crear un pequeño hotel para viajeros, preparar una antigua casa de familia de clase alta para recibir visitantes. El huésped temporal toma plena consciencia del barrio histórico en el que se insiere el lugar en el que se aloja y dialoga con la ciudad durante su estancia. El proyecto cuida que no desaparezca ni la memoria del edificio ni su carácter individual, huyendo de la oferta genérica turística fruto de la gentrificación que sufre Oporto. La arquitectura funciona como un nexo entre el visitante y la historia de la ciudad.
El esqueleto original del edificio se consolida. Los forjados son nuevos, pero reinterpretan la construcción tradicional de los siglos XVIII y XIX con mejorías en cuanto a la eficiencia estructural y energética. Se mantiene la racional distribución de espacios típica de los conjuntos tradicionales de la ciudad. Un edificio de frente estrecho, con una escalera central iluminada cenitalmente por una claraboya. Los espacios habitables se localizan en contacto con las fachadas frontal y trasera, los espacios complementarios de servicio e encuentran en el centro de la construcción.
El alzado frontal es mantenido y tratado para redescubrir el granito de los huecos exteriores, el alzado posterior sin embargo tuvo que ser reconstruido prácticamente en su totalidad, se conserva el portal de piedra de la planta baja, que sirve de nexo en el espacio principal y el patio. Los pisos de nueva construcción mantienen la lógica compositiva en cuanto a la proporción de los huecos y la definición de los materiales. Las barandas se recuperan y las carpinterías se sustituyen por nuevas de madera con un diseño próximo al original.
Los ocho dormitorios dobles con baño privado se distribuyen en las plantas primera y segunda. La planta baja, con configuración longitudinal, se articula como un espacio abierto y fluido con dos ambientes que se prolonga hasta el patio trasero. Alberga la recepción junto al acceso que incluye un pequeño almacén y un área de desayunos en la fachada trasera. El volumen anexo existente en el patio se ha transformado en un jardín de invierno que amplia los espacios de relación y está encuadrado por una viga de madera de la estructura original que fue relocalizada e integrada en la composición.
La yuxtaposición de tiempos se hace patente tanto en la distribución programática como en la materialidad elegida. Las texturas halladas constituyen el punto de partida para la nueva atmósfera. A la crudeza de la piedra y la madera existentes se les suma el hormigón (pulido en el pavimento, abujardado en los muros). Para el interiorismo, colores cálidos acompañados de elementos industriales que atenúan el aspecto de casa familiar. Los contrastes entre texturas ásperas y delicadas son una constante del proyecto y evidencian la suma de herencia y contemporaneidad pretendida.
Escrito por Cristina Pino desde OPORTO
Fotografías de José Campos
