La finalización de la construcción de la torre IKON con el edificio póstumo diseñado por Ricardo Bofill, ha culminado el diseño de una nueva entrada moderna a la ciudad de Valencia. Con más de 110 metros de altura, esta imponente torre se convierte en el edificio residencial más alto que existe actualmente en la ciudad
La ciudad de Valencia ha inaugurado una nueva entrada con la finalización de la construcción de la Torre IKON, el último proyecto del renombrado arquitecto Ricardo Bofill. Este edificio, junto con su gemelo, el antiguo hotel Hilton, crea un conjunto arquitectónico que recuerda a las clásicas puertas de Serranos y de Quart, enmarcando de manera moderna y simbólica el acceso a la ciudad.
Ubicado estratégicamente cerca del Palacio de Congresos y la Glorieta de la Dama de Elche, este nuevo acceso urbano no solo mejora la estética de la entrada a Valencia, sino que también corrige errores urbanísticos del pasado, proporcionando una entrada distintiva y elegante. Además cuanta con excelente acceso a las vías de comunicación y proximidad al centro, con una enorme oferta de servicios en su entorno.
Con más de 110 metros de altura y una fachada y el diseño único de su fachada, que también ha contado con la participación del arquitecto Hernán Cortés (estrecho colaborador de RBTA desde hace años) y el estudio Arqueha, estas torres gemelas destacan en el skyline valenciano, siendo uno de los pocos ejemplos de rascacielos residenciales en la ciudad del Turia. Aunque ambas estructuras son impresionantes, la torre de Bofill se distingue por su diseño atemporal, con una fachada blanca y una iluminación exterior muy cuidada que le hace destacar.
La misión de Arqueha ha incluido dirigir todo el proceso de ejecución y la ingeniería, adaptar el diseño de Ricardo Bofill a la normativa local, modificar el proyecto y proponer mejoras durante todo el proceso y controlar todos los procesos de unas obras que arrancaron en 2020.
El proyecto IKON refleja una visión futurista y cosmopolita del Mediterráneo, con una arquitectura destinada a convertirse en un nuevo ícono urbano. La luz de Valencia ha inspirado muchos de sus elementos distintivos, como la estructura que en sus plantas superiores se funde con el cielo, y las grandes superficies acristaladas y terrazas con barandillas también de cristal que potencian la luminosidad y las vistas panorámicas.
Las zonas comunes de la Torre IKON incluyen una piscina comunitaria con solárium, un gimnasio y una zona social gourmet, redefiniendo el concepto de vivir en un rascacielos en el centro urbano.
Pero este edificio no solo impresiona visualmente, sino que también ofrece una construcción de alta calidad, certificada con el sello BREEAM, lo que garantiza beneficios económicos, de salud y bienestar para sus ocupantes, además de un menor impacto ambiental. Las fachadas presentan un diseño innovador con cerramientos termo-acústicos, mientras que la carpintería exterior utiliza aluminio con rotura de puente térmico y doble acristalamiento. En el interior, los acabados son de alta calidad, incluyendo pavimentos de gres porcelánico en terrazas y carpintería interior lacada. El sistema de climatización y ventilación se basa en aerotermia, mejorando la eficiencia energética y el confort térmico. Las instalaciones cuentan con una dotación eléctrica superior, sistema domótico y video-portero.
Ricardo Bofill, conocido por sus obras icónicas como el Walden 7 y el Hotel W, deja en Valencia su legado final con la Torre IKON, un proyecto que combina elegancia, modernidad y un profundo respeto por la ciudad. Este rascacielos no solo redefine el skyline valenciano, sino que también marca un punto de referencia en la arquitectura residencial contemporánea.