La búsqueda de nuevas experiencias, acordes al poder adquisitivo de cada individuo, es sin duda uno de los aspectos que caracteriza a la sociedad actual. Esta moda ha dado lugar a una larga lista de opciones de ocio en todo el mundo, y la más novedosa al alcance de muy pocos es elevarse las estrellas (literalmente) en una lujosa cápsula
Dicha iniciativa ha sido propuesta por la empresa francesa Zephalto, especializada en turismo espacial de lujo, tras siete años de intenso trabajo por parte de su fundador, Vicent Farret D’Astiès (ingeniero aeronáutico) y su equipo para llegar a la óptima solución conceptual, técnica y estética. Para esto último, se apoyó en el prestigioso arquitecto francés Joseph Dirand que aceptó el reto con gran entusiasmo.
Vicent Farret D’Astiès y Joseph Dirand
No se trata de un cohete, sino de una cápsula presurizada que se va elevando gracias a un globo estratosférico de bajas emisiones de carbono, que está preparado para atravesar la atmósfera. El objetivo y sueño del señor Farret es que las seis personas que caben en este recinto puedan realizar un viaje que nunca olvidarán “viviendo el espacio a través de un espacio habitable”. Para ello, el diseño de la cápsula ofrece vistas panorámicas desde sus tres cabinas dobles con cómodos sofás adaptables, creando un aspecto más residencial, como si de un hotel se tratase, pero con colores muy neutros para no quitarle protagonismo al paisaje.
Aspecto externo de la cápsula Céleste
La idea de diseño de esta envolvente era convertirse en un objeto ligero pero resistente, que reflejase el entorno (Dirand lo describe como el universo terrestre y el celestial), de ahí el acabado metálico. Las ventanas están inspiradas en ojos para observar la curvatura del globo terráqueo, algo que no muchos astronautas han podido vislumbrar todavía a día de hoy. La simétrica cápsula consta de 20 m² divididos en 3 estancias independientes idénticas, un baño y una cabina de control.
Distribución en planta de Céleste
La primera fase del viaje es cuando los pasajeros embarcan en la cápsula Céleste desde el puerto espacial de Zephalto, y se van elevando a una velocidad de 4 m/s. Una vez llegan a 25km de altura, se alcanza el apogeo, en el que ya se encuentran por encima de gran parte de la atmósfera, y desde donde se puede apreciar con claridad la curvatura de nuestro planeta.
Vistas desde la estratosfera
Permanece tres horas en la atmósfera y desciende lentamente después. En ese tiempo, los pasajeros pueden disfrutar de una experiencia gastronómica degustando platos de famosos chefs franceses acompañándolos, si lo desean, de una cata de vinos. La compañía ofrece también el servicio de celebración, si se trata de algo especial, e incluso una sesión de fotografía de manos de un fotógrafo profesional.
Interior de la cápsula Céleste
Se preguntarán cuándo cuesta semejante vivencia… se dice que 120.000 euros por persona, y actualmente se puede hacer una prerreserva a través de la página web, abonando 10.000 euros. Sólo de esa manera, pueden intentar asegurarse una de las 360 plazas anuales para viajar a finales del 2024, que es cuando está prevista su inauguración.
Fotografías de: Zephalto, La Vanguardia
Texto escrito por Alba Godoy