© Adam Bresnick. Fotografía, Eugeni PonsUn proyecto con miras a la contribución cultural y al respeto por nuestra historia, una rehabilitación y readaptación de un edificio sacro de la mano de un equipo especialista, el estudio de arquitectura de Adam Bresnick.
Construida en el Siglo XVI, en la población de Brihuega provincia de Guadalajara, encontramos esta capilla actualmente descomulgada, una edificación tristemente abandonada desde el año 1969 hasta que el estudio de arquitectura internacional de Adam Bresnick, especializado en obras de restauración y rehabilitación se puso manos a la obra con un gran proyecto de adaptación.
Un proyecto excepcional para una capilla, en el que nuevo diseño consiste en un espacio polivalente en el cual poder realizar eventos, celebraciones varias, bodas o incluso ser utilizado como lugar retiro espiritual de yoga. Debido a la edad del edificio y a los muchos años de abandono, el equipo de arquitectos tuvo que hacerse cargo de las múltiples y complejas patologías que sufría su estructura original.
La filosofía que les sirvió como guía para la intervención era la de respetar ante todo, su forma original, sus materiales y las señales propias del paso del tiempo. En el exterior, las piedras faltantes de la fachada fueron repuestas, el tejado de teja tradicional reparado y restaurado, así como sus molduras de piedra desgastadas.
En su interior, tres áreas de trabajo distintas se llevaron a cabo. Bajo la cúpula reformada se encuentra el espacio principal libre de particiones para poder albergar cualquier tipo de actividad. Para llegar hasta él hay que atravesar la entrada a la nave la cual es una increíble mezcla de restos arqueológicos, para aprovechar su altura se realizó un voladizo con un esquema sencillo que acompaña al resto de estilos preexistentes. Las bóvedas caídas que una vez cubrieron el techo de este espacio son recordadas por un nuevo techo abovedado de listones de pino, en cambio en otras zonas molduras realizadas con yeso sobre la desnuda mampostería de la pared original marcan también las formas de las bóvedas originales.
El último espacio es la zona del antiguo coro, un área destinada a albergar todas las instalaciones modernas, desde el ascensor que permite acceso al resto de niveles, como el baño, la cocina, áreas de almacenamiento y de personal. Esta estructura y sus diferentes plantas se insertan dentro de los muros genuinos de piedra mientras que un tragaluz en la escalera acentúa su separación conceptual de su envase original.
Los materiales usados para su restauración fuerosn los mismos que los originales, marmol beige para el pavimento principal, pintura blanca en sobre los muros enlucidos y listones de pino natural para los techos. La creación de edificaciones históricos con nuevos usos promueve las posibilidades de empleo en el contexto de la España rural y contribuye a la cultura Europea.
© Fotografía, Eugeni Pons
