Florian Busch Architects han diseñado un complejo edificio de desarrollo vertical en Tokio, Nobori Building, que en una pequeña parcela trapezoidal de tan sólo 48 m² integra un restaurante y varios apartamentos
El edificio, ocupando un 80% de la huella de la parcela, alcanza los 223 m² de superficie en múltiples niveles conectados por un conjunto de intrincadas escaleras que, desde el acceso en planta, recorren el perímetro del edificio rememorando los callejones de la trama urbana de la ciudad, dando acceso a los apartamentos superiores, cada uno de ellos diferente al otro, quedando reservados los niveles inferiores para el restaurante, que dispone de entrada independiente en planta baja.
Los espacios interiores, tanto del restaurante como de los apartamentos son reducidos, por lo que cada centímetro en planta es aprovechado al máximo para integrar usos diversos. Los huecos bajo las escaleras son capaces de integrar desde un baño hasta una zona de dormitorio.
El apartamento de los niveles superiores dispone de una terraza panorámica en la cubierta del edificio, desde donde poder disfrutar de las vistas de la ciudad.
El caos ordenado del espacio interior se traduce a la envolvente del edificio, con una piel estructural de hormigón visto donde se abren huecos de distinto corte y dimensión, que proporcionan luz y ventilación a los espacios interiores.
La materialidad mantiene la continuidad entre el exterior y el interior, suavizada en este último caso la dureza y frialdad del hormigón con el revestimiento blanco neutro de la cara interior de la fachada y la calidez de la madera, presente tanto en el acabado de los pavimentos, tanto de las estancias como de las zonas de circulación, como en el mobiliario fijo de los apartamentos.
Imágenes de Vincent Hecht