Ubicada en el barrio valenciano de El Cabañal, la casa de los gigantes, de Iterare Arquitectos, aparece como una obra singular dentro de este histórico distrito de pescadores
Su innovación, más allá de estar basada en el empleo de tecnologías de vanguardia fuera de todo contexto y situación, radica en la profunda actualización histórica que en ella se produce.
Sin caer en estilos ni simplificaciones, la tarea era la de dotar de una sensibilidad contemporánea a todos esos materiales y técnicas constructivas mediterráneas, propiamente locales, eficientes y responsables, que tan bien han soportado el paso y el peso del tiempo.
De este modo se utilizan por toda la vivienda materiales como la piedra natural extraída localmente, los enfoscados tradicionales de cal, la madera recuperada de la propia vivienda, y otros materiales y técnicas tradicionales que se emplean sin embargo, con una comprensión contemporánea de los mismos.
En definitiva, se trata de crear una suerte de precedente que permita actualizar el patrimonio construido del barrio y prepararlo así para su futuro; sin sobrescribir, insultar o pervertir ninguno de los aspectos de su majestuoso pasado.
Desde el punto de vista espacial, la escalera interior que comunica cada uno de los niveles es, sin lugar a dudas, el elemento más importante de la casa. Recorrerla supone una auténtica experiencia sensorial, pues se trata de un espacio enteramente construido en piedra natural -casi simulando una gruta donde los reflejos, las luces y las sombras, acompañan a lo largo de su singular recorrido.
En fachada, el dueño de la casa, el artista grabador local Fernando Evangelio, profesor en la escuela de bellas artes de Valencia, le dará nombre a esta obra mediante toda una serie de gigantes que, grabados en piedra y vidrio, permiten relacionar la obra con aquellas viviendas del pasado cuya simbología no era sino la cristalización del particular carácter de sus propietarios.
Fotografías y Vídeo de David Zarzoso