Arquitecturas olvidadas (I): La Gran Vía AéreaEn 1936, el arquitecto Antonio Palacios expone este proyecto futurista con el ánimo de dotar a la ciudad de Madrid con un nuevo espacio pleno de avances tecnológicos y transportes que conectara el Cerro de Garabitas con la Gran Vía construida en 1910
Muchos han sido los arquitectos que, a lo largo de la historia, han planteado proyectos de escalas, diseños o ambiciones superiores a las admisibles por su tiempo. Ejemplo de ello son la cantidad de diseños no construidos que muchos de nosotros, arquitectos o no, tenemos en nuestro imaginario particular.
Estos proyectos, junto con otros tantos que si llegaron a construirse pero que han ido desapareciendo con el paso del tiempo, han marcado un antes y un después en el devenir de nuestras ciudades.
Imágenes de El Madrid que no fue
El primero de los proyectos de los que hablaremos es la denominada Gran Vía Aérea, diseñado por el arquitecto gallego Antonio Palacios. Este proyecto fue expuesto en el número “Hacia el Madrid del año 2000” de la revista Horizontes el 1 de agosto de 1939, y presentada a Francisco Franco a los pocos días de la entrada de las tropas fascistas en Madrid.
Imagen de agente provocador
El propio arquitecto, lejos de entender su obra como un diseño utópico, lo presenta como un símbolo del poderoso potencial de expansión de la ciudad de Madrid. Sin embargo, su puesta en acción queda lastrada por el momento que atraviesa España, tanto en lo político como en lo económico.
Imagen de agente provocador
Antonio Palacios, entendía que Madrid debía construirse como una nueva ciudad levantada según el modelo de la Italia Fascista, basada en proyectos megalómanos y utópicos planteados por los arquitectos futuristas.
Imagen de José Antonio Franco Taboada
La Gran Vía aérea se entiende como un conjunto de unos tres kilómetros de pasarelas aéreas de 85 metros de ancho y levantadas a 60 metros del suelo, que se apoyarían sobre un total de 16 potentes edificios, denominamos “Pylonos”, poblados de tiendas, cafés, restaurantes e industrias, y con capacidad de albergar a 100.000 ciudadanos cada uno, lo cual permitiría a sus habitantes admirar de manera continua el futuro de la gran ciudad “imperial” en la que creían que se convertiría Madrid.
Imagen de Clara Álvarez
Este símbolo de la nueva España conectaría Príncipe Pío con el Cerro de Grabitas, donde estaba planeado erigir un faro de 300 metros de altura desde el que se iniciaría la denominada “Vía Triunfalis”, un camino que permitiría conectar el centro de Madrid con El Escorial y el propio Valle de los Caídos a través de su desarrollo de 40km.
Imágenes de El Madrid que no fue y Nacho Catalán (El País)
Además de esta propuesta, Antonio Palacios planteo una serie de diseños nuevos para la Puerta del Sol, ensalzando en ella los emblemas nacionales y pasando a tener una nueva distribución elíptica dominada por arcos imperiales.
Imágenes de El Madrid que no fue y Nacho Catalán (El País)
Si bien es cierto que todas estas propuestas fueron claramente del agrado de Francisco Franco, llegando a ser estudiadas por la Junta de Reconstrucción de Madrid, la estimación económica planteada en torno a los veinte millones de pesetas de la época y la paupérrima economía de la época pusieron en jaque todos los diseños que estaban sobre la mesa.
Imágenes de El Madrid que no fue
Muchas fueron las propuestas arquitectónicas planteadas a los fascistas tras su victoria, pero lo cierto es que, pese a su escala y proporciones megalómanas, el proyecto de la Gran Vía aérea era uno de los pocos que pretendía dar solución a uno de los grandes problemas de la ciudad de Madrid, la conexión entre ambas orillas del rio Manzanares.
Fotografías Jose Antonio Franco Taboada, Clara Álvarez, El Madrid que no fué, agente provocador y El País
