Con unas peculiares condiciones de parcela y entorno, el proyecto del estudio Besonias Almeida se resuelve sobre la pendiente, escalonando la vivienda en 3 niveles
Casa Bosque se ubica en Costa Esmeralda, una urbanización reciente con una forestación joven de acacias y pinos marítimos sobre los médanos de la costa bonaerense a 390 Km de Buenos Aires.
La parcela, con un extenso frente de cuarenta y cinco metros y una pendiente a considerar de 2 metros, hace que el proyecto tenga que incorporar ese paisaje privilegiado con la densa arboleda, aunque cuidando de preservar su intimidad hacia la calle.
El encargo fue una vivienda de no más de 150m2, con una propuesta estético-constructiva similar a las otras viviendas construidas en la zona por el estudio, valoradas según los clientes tanto por su riqueza espacial como por el bajo mantenimiento requerido.
Se decidió entonces que los diferentes usos se fueran acomodando naturalmente en la pendiente del terreno, distribuidos en tres volúmenes que simplificaran el procedimiento.
Estos volúmenes se van escalonando con una diferencia de 45 cm entre ellos dando lugar en ese desplazamiento a que se formen pequeños patios que incorporan parte del paisaje.
Esta primera decisión fue el desencadenante de sucesivas operaciones derivadas de ella: la primera fue el giro de la planta en relación a los lados de la parcela para así coincidir con su pendiente natural. El proyecto cuenta con fachadas bien diferenciadas: la orientada al este expuesta a las miradas desde la calle con aberturas muy controladas, la orientada al oeste con grandes aberturas protegidas por la vegetación y la norte totalmente abierta como culminación del espacio común mediante un gran balcón semicubierto con vistas panorámicas.
El acceso se produce por el centro de la planta, es decir en el punto medio de la pendiente y al mismo nivel del estar-comedor-cocina. Desde este nivel, se asciende en un pequeño tramo de escalera a la zona privada de dormitorios, o se desciende a la zona de estar frente a la chimenea. Los patios van incorporando luz, transparencias, reflejos y vegetación a los ambientes.
Dos únicos materiales: hormigón y vidrio, fueron los utilizados para resolver la integración con el paisaje y dar respuesta a los temas formales, estructurales, funcionales, de terminaciones y de mantenimiento. En el caso del mobiliario, a excepción de las camas, sillones y sillas, está resuelto en hormigón.
La solución estructural se resuelve con una losa por volumen que apoya en vigas de canto invertidas que ayudan a soportar los grandes voladizos. Las cubiertas entre vigas se resuelven con terrazas verdes mejorando el aislamiento, ya que reciben sol durante gran parte del día.
Estudio: Besonías Almeida
Fotografías de Federico Kulekdjian