Para la construcción de Camp Minoh, una casa refugio permeable y abierta a las vistas sobre el lago Míchigan, el estudio norteamericano William Kaven Architects plantea unos volúmenes de hormigón, en planta baja, sobre los que parece apoyarse una caja de madera, en una solución liviana y contundente.
El estudio William Kaven Architecture fue fundado en el año 2004 por los hermanos Daniel Kaven y Trevor William Lewis, y tiene su sede en la ciudad de Portland (Oregón). Sus trabajos se han centrado, principalmente, en la arquitectura residencial y el diseño de interior, especialmente imagen corporativa. Daniel Kaven, además, desarrolla una interesante labor artística, fotográfica y cinematográfica.
A orillas del lago Míchigan, cerca de Charlevoix, el estudio ha construido una vivienda conocida como Camp Minoh. El lugar encarna el espíritu agresivo e inhóspito del Medio Oeste Norteamericano, con una climatología adversa, especialmente cuando soplan los vientos del norte procedentes de Canadá.
La ribera del lago está poblada de pinos y abedules, con bancos de arena y espacios pedregosos en las proximidades del agua. Se ubica en un entorno de enorme atractivo estival, pero que sufre unos inviernos de frío extremo, temporales y fuertes tormentas.
El programa al que da respuesta la casa es una segunda residencia, empleada como refugio para reuniones y encuentros familiares. El volumen principal de la edificación, de dos plantas, se dispone paralelo a la costa, siguiendo una orientación norte-sur que deja abiertos, fundamentalmente, los laterales este y oeste, este último con vistas sobre el lago y el atardecer.
Mientras que la planta baja se dedica a espacio social y de encuentro, caracterizado por sus espacios fluidos, abiertos hacia el espacio exterior inmediato a la casa, y conectados visualmente con el entorno, la planta alta desarrolla la zona de noche, con espacios más compartimentados, apropiados para acoger a familiares y visitantes.
En planta baja, al volumen principal se le unen dos piezas exentas, conectadas mediante puentes transparentes como nexos de unión. Una de estas piezas es una caja cerrada de hormigón donde se incluyen espacios de servicio, como la zona de lavandería y el garaje. El acceso a la vivienda se realiza por el puente de conexión entre este elemento y el volumen principal de la casa.
La segunda pieza conforma el volumen del dormitorio principal, con sus espacios para almacenamiento, vestidor y baño. Su posición acota la terraza exterior, la cierra y la protege del norte, abriendo el dormitorio hacia el sur y el oeste. Una chimenea exenta, abierta a dos caras, restringe las vistas hacia el interior de la estancia, otorgando cierta intimidad. La conexión con el volumen principal de la vivienda se realiza a través de un espacio acristalado, utilizado como estudio o pequeña zona de trabajo.
La terraza exterior, con vistas hacia el lago, se acota mediante muretes y suelo de hormigón. En un lateral se ubica el hogar, un volumen prismático en cuyo vacío arde el fuego que anima las noches de reunión a su alrededor.
En el lado opuesto a la terraza, el volumen del garaje acota el espacio de recepción y acceso a la casa. El muro de hormigón de la pieza se alarga para remarcar el recorrido de aproximación a la vivienda, mientras una marquesina señala la entrada. El carácter exento del muro, sin espacio interior que definir, se muestra en el hueco que lo perfora y atraviesa, delineado por una chapa de acero.
Exteriormente, la casa queda definida por volúmenes de hormigón en planta baja, perforados por paños acristalados de carpinterías de color negro. La planta superior se materializa como una caja recubierta de madera, que vuela en uno de sus extremos, para mostrar su independencia, para indicarnos que se apoya sobre el basamento inferior de hormigón.
Los listones han sido tratados con la técnica del carbonizado, habitual en Escandinavia y de gran tradición en Japón, donde se conoce como Shou Sugi Ban o Yakisugi. Su objetivo es proteger la madera y garantizar su durabilidad. Destaca su característico color oscuro, en fuerte contraste con el color gris de los muros de hormigón.
En los espacios interiores, el estudio William Kaven Architecture ha jugado con los colores, las texturas y las vetas de la madera para los revestimientos y acabados, empleando el nogal, el roble y el abeto Douglas (por ejemplo en las vigas, en su variedad Doug Fir), junto a la paleta de tonos oscuros de algunos elementos y el gris del hormigón del suelo, continuando con la imagen exterior.
La connotación de lugar de descanso y tranquilidad se consigue volcando, mayoritariamente, los espacios de la casa, tanto interiores como exteriores, hacia el lago, en una orientación poniente que consigue dramáticas puestas de sol, como metáfora del final del verano.
Fotografías de Daniel Kaven