Se inaugura el pabellón Kálida integrado en el jardín del hospital Sant Pau para mejorar la calidad de vida de los pacientes diseñado por Benedetta Tagliabue – Miralles TagliabueEMBT Arquitectos
El pabellón pertenece a la red Maggie’s Centres, fundación dedicada a la promoción de espacios de gran calidad arquitectónica al lado de hospitales. Un edificio único y pionero en España dentro del recinto del Hospital de Sant Pau, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997, cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de las personas que sufren el cáncer y también de aquéllas que las acompañan.
La arquitecta Benedetta Tagliabue ha podido volcar en el diseño del edificio su propia experiencia, tras haber vivido en primera persona el proceso tumoral de Enric Miralles, su partner en la vida y en el trabajo.
El edificio se sitúa en el espacio entre el antiguo y el nuevo hospital, y ayuda a conformar la nueva topografía del parque, colocándose entre dos niveles. Tiene así la posibilidad de abrirse al jardín en planta baja, así como en la planta superior a través de las vistas desde los grandes ventanales.
La planta inferior es un espacio abierto y flexible pensado como un jardín o secuencia de jardines donde se encuentra la cocina, el comedor en doble altura y espacios polivalentes que pueden separarse a través de puertas correderas para permitir llevar a cabo diferentes actividades de apoyo a los usuarios. Cada rincón del espacio interior está rodeado de verde. El jardín, dibujado como hojas, las pérgolas y los árboles, controlan las vistas para intentar hacer desaparecer el macizo volumen del nuevo hospital y al mismo tiempo permitir el uso de las zonas exteriores sin sentirse observado desde los edificios altos que rodean la parcela.
La planta superior del pabellón se encuentra al nivel del nuevo paseo definido por el plan urbanístico. Esta inserción en los dos niveles permite tener el jardín a la altura de los ojos desde las ventanas de la planta baja y desde de la sala polivalente superior.
El diseño interior ha sido desarrollado por Patricia Urquiola Studio que junto a Benedetta Tagliabue – Miralles Tagliabue EMBT Arquitectos consigue reflejar en cada espacio la sensibilidad y comodidad necesaria para este proyecto único.
El tratamiento de las fachadas del edificio y diseño del jardín permiten proponer un diálogo respetuoso con el entorno excepcional en el que se ubica: el proyecto da continuidad a los materiales y a la idea original de la arquitectura de Lluís Domènech i Montaner.
La planta arquitectónica del edificio y del jardín surge del trabajo en collage y recortes que el Estudio EMBT ha realizado sobre las extraordinarias cerámicas florales presentes en cada pabellón del antiguo hospital.
Las fachadas del pabellón Kálida son construidas con juegos de cerámica en celosías que permiten transparencias y juegos visuales, utilizando una técnica artesanal sencilla con ladrillos manuales, algunos de ellos esmaltados en blanco. Las celosías de cerámica y de maderas tratadas para exteriores, colocadas en los grandes ventanales, permiten la perfecta visual exterior sin ver vistos.
Los techos están inspirados en la técnica constructiva de la bóveda catalana y se articula en bóvedas de gran tamaño y bovedillas. Un gran lucernario central modula la luz, simulando la sensación de encontrase en un espacio exterior, haciendo un juego de luces y sombras cambiantes durante el día.
Según la idea fundamental del proyecto, el nuevo edificio crece como nuevas flores en el jardín del hospital original, pensado y construido con una arquitectura orgánica y floral, con el fin de aliviar la enfermedad.
El proyecto se inspira en la riqueza de los materiales, texturas, colores, geometrías y vegetación del hospital modernista, pero lo reinterpreta en manera sobria y económica. El diseño quiere así dialogar con la arquitectura de Domènech i Montaner reflejada de manera sutil en el nuevo jardín, en las fachadas, en la planta y en la cubierta del pabellón.
EMBT Arquitectos
Fotografías de Lluc Miralles