Cœur Tagesbar. Espacio mínimo y juego de colorUn total de 62 metros cuadrados dan cabida a un restaurante donde el límite entre los comensales y el personal se ve desdibujado. Un espacio mínimo que saca todo su potencial gracias a un inteligente diseño del estudio de arquitectura alemán Martino Hutz Architectura
El estudio de diseño multidisciplinar Martino Hutz Architecture, con base en la ciudad de Munich, se encarga del diseño del restaurante Cœur Tagesbar. Un proyecto basado en el concepto del proceso biológico del crecimiento diferencial, aplicado con el objetivo de sacar lo mejor de un espacio pequeño y complejo.
Tanto a nivel conceptual como visual, el concepto de crecimiento diferencial se utiliza como elemento clave en el restaurante. Según explica el equipo de diseño, el patrón de crecimiento sigue un sistema matemático claro, incluso cuando parece aleatorio. Este sistema se basa en un algoritmo modelado a partir de sucesos naturales simulados mediante software paramétrico. La comprensión matemática de la evolución del crecimiento se utilizó no sólo para la instalación de luz como pieza central, sino también para artefactos más pequeños ubicados en ambas plantas.
La zona pública de la planta baja se divide en tres zonas: una terraza exterior cubierta, un comedor en el que la fachada se abre al exterior y una barra/mostrador al fondo. Debido a que en la parte trasera del bar hay poca luz natural, se creó una clara separación espacial entre las dos zonas interiores a través del color y los materiales.
El revestimiento interior, alrededor de la barra, ha sido realizado con paneles de acero cromado. A través de la cromatización de paneles de acero se crean patrones aleatorios o rayas en variaciones de colores vivos, haciendo desaparecer los contornos del espacio confiriendo al espacio un aura propia. Los paneles de acero cromado tienen degradados y colores que resultan del proceso de fabricación y añaden singularidad al material, convirtiendo la trastienda en el único elemento no monocromático del proyecto. Además, el mostrador fue colocado longitudinalmente al espacio, con la intención de eliminar el límite entre comensales y personal.
El bistró juega con el espacio, las vistas y los reflejos. Para ello se instalan superficies y artefactos espejados para ampliar visualmente el espacio compacto. Diferentes ángulos y reflexiones crean infinitas variaciones de puntos de vista, experiencias e interacciones.
La combinación del mostrador de acero inoxidable, el techo espejado y la escultural lámpara, rodeada por paneles de acero cromado, es la pieza central del diseño. La instalación de luz semiesférica se coloca encima de la barra abierta y su reflejo aparece como una esfera completa, un juego de luces y reflejos que consigue crear la ilusión de una sala de doble altura.
La esfera está creada a partir de una tela de 28 metros de largo, que se monta a lo largo de un plano siguiendo un patrón de crecimiento diferencial. Como apoyo, otras tres fuentes de luz integradas crean ambientes de iluminación individuales sobre las diferentes mesas situadas en el espacio monocromático. Las lamparas más pequeñas mantienen la esencia del diseño de la luminaria principal.
La planta superior mantiene la estética minimalista y monocroma, un espacio secundario que ofrece servicio de aseos para los clientes.
Gracias a este ingenioso e inteligente diseño creado por el equipo de Martino Hutz Architecture, la atmósfera creada en el bar tiene un impacto pronunciado en su entorno inmediato: un ambiente acogedor y relajado durante el día, y un ambiente misterioso e íntimo por la noche.
Imágenes cortesía de Martino Hutz Architecture
