El proyecto residencial House Y, diseñado por el estudio de arquitectura Hayato Komatsu Architects, se adapta y dialoga con su paisaje natural. Inspirado en la forma de un árbol, su diseño ramificado conecta los espacios de forma fluida, optimizando vistas y creando una transición entre áreas públicas y privadas, en armonía con el entorno
Ubicado en una extensa y llana parcela rodeada por un bosque de variada vegetación al Suroeste de Japón, el proyecto House Y, obra de la firma Hayato Komatsu Architects, aprovecha al máximo la riqueza natural del lugar. La interesante zona, caracterizada por laderas boscosas y acantilados, los cuales en algunos puntos, por la falta de muros de contención hace que el terreno sea inestable, sirvió de guía para un diseño que no solo se adapta, sino que también dialoga con el paisaje de forma fluida.
La interesante topografía, en particular el ángulo de reposo del acantilado, guió la decisión del equipo de arquitectos en situar el edificio en el centro de la parcela. En lugar de simplemente crear un gran volumen con vistas hacia los puntos más destacados del entorno, como la puesta de sol sobre el mar interior de Seto, al noroeste, o la imponente cadena montañosa que se eleva hacia el sureste, el proyecto se inspira en la forma de un árbol, un diseño que establece conexiones con el entorno en múltiples direcciones de forma radial.
Con un total de 440 metros cuadrados de superficie, la vivienda se divide en dos grandes areas. Mientras que el volumen central se mantiene fijo, las "ramas", representadas por los pasillos que comunican con los distintos espacios, se extienden hacia las habitaciones privadas, creando una red que conecta todo el edificio con el entorno natural.
Este diseño ramificado establece una transición gradual de privacidad, comenzando con el área central, la más pública, y avanzando hacia las estancias más privadas. Esta secuencia está acentuada arquitectónicamente a través de la variación en la altura de los techos, así como la amplitud de sus espacios: menor en los espacios privados y mayor en las áreas públicas, lo que refuerza el sentido de apertura y recogimiento según el tipo de estancia. Por otro lado, destaca el uso de una paleta de color y de materiales homogénea: madera, gris antracita y detalles en rojo teja, la cual se extiende a todos los rincones de la vivienda, dejando que el diseño hable por si solo sin jerarquizar ni priorizar ninguna estancia sobre otra.
La disposición de las habitaciones privadas y los corredores permite una distribución que optimiza las vistas hacia diferentes puntos del paisaje. Los jardines exteriores, divididos en capas y orientados de manera estratégica, permiten capturar diversas perspectivas del entorno, como la puesta de sol, el océano o las montañas cercanas. Estos espacios exteriores también proporcionan una atmósfera dinámica, cambiando con las estaciones y creando rincones especiales para cada momento del día.
En conjunto, la arquitectura se convierte en un elemento integrador que no solo se adapta al paisaje, sino que lo aprovecha y lo celebra, creando una atmósfera en la que los residentes pueden disfrutar de una experiencia completa y armoniosa con la maravillosa naturaleza de la zona.
Fotografía de Toshiyuki Yano
Escrito por MariaJose Sanz desde Yokohama