Studio.noju remodela una vivienda en el emblemático edificio de Torres Blancas equilibrando respeto y audacia: un hogar donde la memoria de Oíza se funde con una nueva sensibilidad estética

Elemento de entrada con pavimento de pizarra y escalera que recupera la barandilla
Intervenir en una vivienda de Torres Blancas supone mucho más que reformar un espacio; es dialogar con la visión de Sáenz de Oíza. La estrategia de partida es reinterpretar sus ideas con una lectura contemporánea, respetando el espíritu del edificio, pero sin quedar atrapada en el estado original. Concebido como un "chalé en el cielo" en su día, el apartamento cuenta con 400 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, donde los arquitectos combinan arquitectura e interiorismo con un enfoque experimental.

Materialidad del salón
Desde el primer momento, el proyecto se plantea como una conversación con el edificio; se analizaron los planos originales, se eliminaron añadidos superfluos y se recuperaron de esta manera la fluidez espacial, los espacios exteriores originales y las pantallas estructurales curvas que definían la identidad de la vivienda.

Concepto semicircular en los interiores
La distribución sigue líneas sinuosas y fluidas que guían la experiencia espacial, mientras que los materiales y colores se reinterpretan, incluso difuminan los límites entre interior y exterior. Gran parte de los acabados originales del edificio se conservan, como las contraventanas de madera de la terraza.

Recuperación de la atmósfera ámbar de Oiza
El interior combina funcionalidad con la creación de ambientes creativos. que sirvan de inspiración. La cocina y el comedor se integran con encimeras sólidas, formas redondeadas y luz ámbar que se filtra a través de los ladrillos de vidrio originales, recreando la atmósfera cálida y envolvente que el arquitecto imaginó.

Materialidad de la cocina
La planta superior, revestida en roble, ofrece almacenamiento discreto y cuatro baños con mosaicos que siguen la geometría curva de las paredes, mientras que otras formas orgánicas y las falsas claraboyas aportan fluidez, profundidad y carácter.

Baño que recupera el concepto de mosaico
El proyecto contó con artesanos españoles que realizaron carpintería y enlucidos de alta precisión, resaltando la tradición artesanal y el detalle minucioso que atraviesa cada rincón. El resultado combina la fidelidad a las ideas originales con un lenguaje contemporáneo, proyectando una estética retrofuturista con el color y la potenciación de las curvas que nos llevan a atmósferas cinematográficas.

Planta baja y primera del duplex
En el exterior, el verde es el protagonista, empezando por la vegetación misma y acabando con los azulejos exteriores que bañan hasta el mobiliario, el cual sigue el contorno serpenteante de las mismas terrazas. Se trata de un espacio recuperado a través del estudio minucioso los planos originales, ya que se perdió en las reformas anteriores para ganar superficie a la casa. El resultado es una terraza moderna que conecta con el estilo de los años 60.

Espacio exterior de la vivienda
El dúplex se convierte asi en un espacio donde la historia y la vida cotidiana conviven en armonía. El proyecto hace de Torres Blancas un hogar contemporáneo que respeta la memoria, celebra la materialidad y la luz. Todos los elementos estructurales y las fachadas protegidas permanecen intactos, mientras que a su vez permite experimentar la sensación de habitar un verdadero icono arquitectónico, donde cada curva, cada textura y cada terraza cuentan la historia del pasado y del presente sin competir con la obra.

Fachada exterior del edificio de Sáenz de Oiza
Studio.Noju
Fotografías de José Hevia
Reforma integral de vivienda duplex en Torres Blancas









