©The Norman Foster FoundationEl estudio de arquitectura internacional inaugura su nueva sede en la ciudad de Madrid, una sede localizada en un antiguo palacete con un patio en el que se encuentra el nuevo pabellón para eventos y exposiciones inspirado en el propio Norman Foster.
Apenas hace unas semanas el arquitecto Norman Foster, junto con su equipo, inauguró la nueva sede en la capital española de La Fundación Norman Foster localizado en un palacete protegido diseñado por Joaquín Saldaña en 1912 para el Duque de Plasencia, un proyecto que incluye un nuevo pabellón diseñado en el patio de dicha edificación y destinado a exposiciones y eventos.
Según La Norman Foster Foundation, se espera que gracias a ella se fomente el pensamiento y la investigación interdisciplinar para ayudar a nuevas generaciones de arquitectos, diseñadores y urbanistas a anticiparse al futuro. Un espacio que conecte la arquitectura, el diseño, la tecnología y las artes con la intención de mejorar el servicio a la sociedad a través de la investigación y la realización de proyectos construidos.
El lugar está destinado principalmente a la exposición de una selección de objetos, modelos, fotografía y escultura de los mundos de arte, arquitectura y diseño, con un énfasis particular en aviones, coches y locomotoras que sirven como referencias personales y homenaje al que es ampliamente considerado como uno de los arquitectos más importantes de los últimos 40 años. Un espacio flexible para exposiciones, eventos o charlas que cuenta con una fachada que puede abrirse hacia el patio adyacente conectándose con el exterior para eventos al aire libre, un espacio que estará resguardado por una cubierta translúcida diseñada por la española Cristina Iglesias.
El nuevo edificio de la fundación se remata con un techo en forma de ala de un avión, un gesto que resuelve la geometría irregular del lugar, un techo soportado por una estructura de acero oculta en voladizo sobre una amplia fachada de vidrio, dando como resultado un techo que parece levitar por encima de las cabezas de los visitantes. El panel de vidrio que conduce al patio toma la forma de una puerta que pesa 2,7 toneladas y mide 6 metros de longitud. Gracias a sus elementos prefabricados, el pabellón fue construido en tan solo seis meses.
Desde el punto de vista de diseño sostenible, los materiales y los recursos humanos han sido completamente locales a pesar de tratarse de un diseño dirigido desde su estudio principal en Londres. Y en cuanto a su anatomía, la envolvente de vidrio del edificio cuenta con alto rendimiento térmico, mientras que la calefacción y refrigeración se transmite a través del pavimento.
Un pabellón adjunto que completa un nuevo espacio en España para uno de los estudios de arquitectura más importantes a nivel internacional.
Fotografía, Guillermo Rodríguez
