La necesidad de resolver la complejidad del terreno
Alzado posterior. Fotografía de Juan Solano Ojasi
El arquitecto peruano Martín Dulanto pone la arquitectura al servicio de la topografía en un proyecto de fusión con la naturaleza. Su forma recuerda a la de una cavidad en el suelo donde esconderse, una especie de cueva subterránea. Pero es sólo un efecto. El que proporciona el primer nivel de la fachada trasera.
Alzado principal
Sección
La parte delantera se abre completamente a la laguna y al valle donde está situada.
Vista lateral de la parte trasera y jardin. Fotografía de Juan Solano Ojasi
El resultado son dos volúmenes contundentes que descansan sobre un semicírculo escalonado que sirve para conectarlos y proporcionar a sus inquilinos un asiento al aire libre. Como si de un anfiteatro real se tratase.
El anfiteatro. Fotografía de Renzo Rebagliati
El diseño de Martín Dulanto no es obra de un capricho personal sino de la necesidad de resolver la complejidad del terreno.
Vista nocturana. Fotografía de Renzo Rebagliati
La vivienda está ubicada en el distrito de Cieneguilla (Lima). La parcela, de unos 1871,34 m². La vivienda se distribuye en dos niveles, de 171,95 m² y 200,18 m², respectivamente. Esta zona de Perú es de las pocas que no han sido urbanizadas íntegramente, pero el precio a pagar por tener una casa en dicha región es el gran desnivel que afecta al terreno.
Vista desde el jardin estanque.Fotografía de Juan Solano Ojasi
Dulanto no sólo debía fusionar arquitectura y naturaleza sino también arquitectura y topografía.Y a su vez, reducir el impacto de la edificación en el propio entorno; que la casa se percibiese más pequeña de lo que realmente es.
Vista con carpinteria abierta. Fotografía de Renzo Rebagliati
La solución consistió en construirla sobre el propio desnivel a través de dos volúmenes superpuestos. De este modo, la parte trasera del volumen inferior queda enfrentada al desnivel mientras que el superior, cuya planta es más horizontal, descansa sobre la parte más alta del terreno.Por ello, la sensación de que el primer nivel parezca semi enterrado. Por ello, la sensación de que el primer nivel parezca semi enterrado.
Anfiteatro escaleras de piedra. Fotografía de Renzo Rebagliati
Detalle de escaleras de piedra. Fotografía de Renzo Rebagliati
El anfiteatro, por su parte, surge de escalonar el desnivel. De modo que a través de las escaleras de piedra se puede acceder a la parte trasera de los dos pisos. Es sin duda el elemento que mayormente distingue al proyecto.
Planta baja
Vista del salon comedor.Fotografía de Renzo Rebagliati
El primer nivel mantiene una conexión directa con el exterior, abriéndose completamente al jardín y al anfiteatro a través de fachadas acristaladas que pueden esconderse tras los muros, dejando a la intemperie los laterales de esta planta. Por este motivo, los materiales usados son la piedra, el hormigón y la madera.
Vista del comedor y cristalera al jardin.Fotografía de Renzo Rebagliati
Destinada esta parte a la zona pública de la casa,terraza, piscina, sala, comedor, cocina, pasillo, escalera que sube al segundo nivel, baño de visita, pasillo de servicio, patio, lavandería tendal, dormitorio de servicio con closet y baño de servicio.
Planta primera
Materiales hormigón y madera.Fotografía de Renzo Rebagliati
El segundo nivel, en cambio, se plantea directamente como una gran caja de madera, si bien los grandes ventanales funcionan de mirador a la quebrada. Destinado a zona de dormitorios, uno de los dormitorios de invitados funciona como una pequeña suite al contar con una sala de estar.
Mobiliario en salón.Fotografía de Juan Solano Ojasi
El mobiliario, por su parte, también combina líneas puras y formas orgánicas, y presenta una dualidad en el hecho de que es simple pero robusto, y es rústico pero sofisticado a la vez.
Vista desde la poza. Fotografía de Juan Solano Ojasi
El paisajismo ideado por Katsumi Yoshioka todavía tardará un tiempo en florecer. La piscina de piedra al estilo de una poza adelanta, eso sí, el aspecto asilvestrado que se pretende.
Vista lateral. Fotografía de Juan Solano Ojasi
Es una casa que ha sido planteada como una caja de madera sobre un gran muro de hormigón visto, que, trabajado bajo formas libres, orgánicas y curvas, se pierde entre el entorno y dialogando con él; Sobre todo cuando se abren las mamparas y se ocultan entre los muros
Martín Dulanto es un arquitecto especializado en arquitectura residencial. En 2007 se gradúa en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. En 2008 se convierte en uno de los socios fundadores de Taller 33, donde trabaja hasta 2012, cuando se independiza con su propio estudio: Martín Dulanto Arquitecto.
Dulanto logra el Segundo premio en la Bienal de Arquitectura Joven 2013 con la Casa Seta, y una mención por el proyecto de la Casa Pul. Entre 2012 y 2014 ejerce, además, como profesor de Diseño Arquitectónico en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
Fotografías de: Renzo Rebagliati, Juan Solano Ojasi