Se trata de un edificio singular a los pies del Parc del Guinardó construido por el arquitecto y urbanista Adolf Florensa i Ferrer
Adolf Florensa i Ferrer (1889-1968), es una figura destacada en el mundo de la arquitectura catalana del siglo XX. Gracias a sus contribuciones al paisaje urbano de Barcelona, hoy podemos disfrutar de obras como la Casa Cambó o el Mas Ravetllat Pla, edificio que acoge a la actual Casa Museo Nuria Pla.
De investigador a arquitecto municipal del Ayuntamiento de Barcelona
Tras finalizar sus estudios, Adolf Florensa empezó a dedicarse también a la docencia y a la investigación, obteniendo una cátedra en Mecánica Racional y siendo, poco después, nombrado arquitecto municipal del Ayuntamiento de Barcelona.
Los inicios de Florensa en la arquitectura estuvieron marcados por el movimiento Novecentista y por una serie de proyectos residenciales y comerciales que destacaron por su elegancia y su atención al detalle.
Del Novecentismo a la Escuela de Chicago
A lo largo de su carrera, Florensa destacó por su capacidad para adaptarse a las demandas cambiantes del mundo moderno, incorporando materiales avanzados (influenciado por la Escuela de Chicago) en sus proyectos. Partiendo del Novecentismo, Florensa se decantó por la Escuela de Chicago, que impregnó sus obras en múltiples ocasiones.
Entre las contribuciones más importantes de Florensa a la arquitectura en Barcelona se encuentran varios edificios icónicos que definen el paisaje urbano: la Casa Cambó, el Edificio de Foment del Treball, El Palacio de Comunicaciones en Plaza España, El Palacete Abadal o el Instituto Ravetllat-Pla, actual Casa Museo Nuria Pla.
La Casa Museo Nuria Pla
El edificio que alberga actualmente el Museo Nuria Pla, originalmente conocido como Mas Ravetllat Pla, es una construcción ideada y construida alrededor de 1928 por el arquitecto y urbanista Adolf Florensa i Ferrer.
El ilustre arquitecto y restaurador de Les Drassanes Reials de Barcelona, se inspiró en la masía tradicional catalana para idear esta construcción arquitectónica.
¿Qué la hace tan especial? La Casa Museo Nuria Pla cuenta con dos fachadas de estilos arquitectónicos completamente diferenciados debido al doble uso que la casa experimentó hasta finales de los años 80: como residencia familiar y también como laboratorio farmacéutico, rodeado por más de 3 hectáreas de naturaleza en los Jardines del Doctor Pla i Armengol, que se aprovechaban en sus inicios como espacio para el pasto de los caballos con los que se investigaba una cura para la tuberculosis, una enfermedad devastadora en la época.
Los jardines, ideados también por Florensa, se inspiraron en el movimiento Novecentista e incluyen vegetación variada, un mirador sobre la ciudad y diversas decoraciones como estatuas de inspiración clásica o jarrones de terracota.
La casa, gestionada por la Fundación Ramón Pla Armengol, acoge hoy una de las colecciones de mueble español barroco más fascinantes y completas del mundo, así como el espacio del laboratorio farmacéutico del doctor Ramón Pla Armengol (1880- 1956) y el bacteriólogo Joaquim Ravetllat i Estech (1871-1923).