Arquitectura

La Estación de Canfranc vuelve a la vida de la mano de Ingennus

La antigua Estación Internacional de Canfranc reabre sus puertas como zona urbana de esparcimiento y complejo hotelero gracias a la intervención del estudio aragonés Ingennus

La Estación de Canfranc vuelve a la vida de la mano de IngennusVista frontal del edificio rehabilitado de la antigua estación

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La antigua Estación Internacional de Canfranc reabre sus puertas como zona urbana de esparcimiento y complejo hotelero gracias a la intervención del estudio aragonés Ingennus

Perspectiva edificio antigua estación de Canfranc
Zona ajardinada a lo largo de los pórticos metálicos recuperados de los antiguos andenes

Después de casi 50 años en desuso y en estado de abandono, podemos volver a disfrutar de esta emblemática estación ferroviaria en el Pirineo aragonés. El conjunto histórico fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2002, seguido de una llamada a la colaboración de iniciativa privada para recuperar el valor de esta joya aragonesa de los años 30. Se realizaron en primer lugar dos actuaciones entre 2005 y 2009 para evitar más daños en las instalaciones, a las cuales sigue la rehabilitación integral.

El proyecto del año 2019 consta principalmente de 3 intervenciones: la rehabilitación del antiguo edificio de la estación destinada a un uso turístico, la nueva estación ferroviaria y el centro de acogida e información del camino de Santiago. No obstante, el proyecto urbano engloba la ordenación de hasta 14 hectáreas para la puesta en uso de la llamada Explanada de los Arañones. Sus vecinos y visitantes ganan una avenida peatonal de 1,5 km con el Paseo del Ferrocarril, una plaza y zonas ajardinadas de esparcimiento y actividades culturales. La recuperación de elementos ferroviarios como vagones, grúas o las marquesinas metálicas, completan un paseo tematizado que vuelve a poner en valor el recinto hasta ahora abandonado.

Vagón de la antigua estación
Vagón reconvertido en restaurante de cocina aragonesa

El edificio original del año 1928 se rehabilita integralmente para su reconversión en uso hotelero. En primer lugar, se le ofrece un lavado de cara al edificio restaurando las fachadas y sustituyendo las carpinterías de sus huecos preservando su imagen histórica. Esta intervención no es solo estética, sino que persigue conseguir una situación de confort térmico y acústico según los estándares actuales para garantizar la calidad de su espacio interior con criterios de Passivhaus. Se han realizado estudios exhaustivos para conseguir la apariencia más fiel a la imagen del edificio de 1928, e incluso se han reutilizado materiales en la construcción.

Posteriormente se rehabilita el interior del edificio. Si bien el hotel en sí mismo no tiene un aspecto arquitectónico intrínseco, destaca la integración de elementos originales en sus nuevas estancias. Estos gestos están marcados en el espacio interior, donde tanto el reloj de la zona de llegada, como la escalera de acceso a las vías o los vagones reconvertidos en restaurante potencian la memoria histórica. En el exterior se sigue con los mismos criterios, donde las características marquesinas de los andenes, e incluso, algunos de los vagones se preservan como reliquias de lo que una vez sucedió en ese lugar.

Recibidor Hotel Estación de Canfranc

Interiores Hotel Estación de Canfranc
El espacio interior recupera y ensalza la historia ferroviaria del complejo

La posibilidad de aprovechar en mayor medida la riqueza del histórico edificio dio lugar a la reubicación del uso ferroviario a un nuevo edificio. La actual estación de viajeros, acabada dos años después, se sitúa frente a la antigua de forma paralela utilizando el interior de los antiguos hangares de mercancías español y francés. Este gesto permite ampliar el espacio urbano, donde una vez estuvo la antigua playa de vías y alejar el edificio de la barrera física que ella supone, lo cual completa al edificio con una zona de esparcimiento verde y de mayor superficie.

Los característicos edificios funcionales existentes de los hangares, una serie de naves paralelas a las vías, acogen los dos nuevos andenes de forma muy natural. Un juego de cuerpos transparentes y opacos cuya estructura de cerchas metálicas que reflejan la época histórica, garantiza la continuidad y unidad del proyecto, a la vez que su funcionalidad. Las nuevas cubiertas cobijan con tradicionales cubiertas a dos aguas, de forma más abstracta, una zona central de espera en los andenes con puntos de luz alrededor de la viga cumbrera. El resto de pórticos permanecen a lo largo del recorrido como señales del espacio pasado remarcando la longitudinalidad de las vías.

Vistas de pájaro de la nueva estación de viajeros
Nueva estación de viajeros de Canfranc, situada de forma paralela a la antigua

Andén nueva estación de viajeros de Canfranc

Pórticos existentes para la nueva estación
Mantenimiento de los pórticos existentes en la nueva estación

Para completar el conjunto de edificaciones e instalaciones ferroviarias, los arquitectos devuelven las llamadas “Cocheras francesas” a la vida con el uso de centro de acogida. El proyecto recupera la cubierta de cerchas con uniones roblonadas, a la que abre un hueco que ilumina el espacio de forma cenital de la misma forma que en los andenes de la estación, para iluminar el nuevo uso a la vez que mantiene la esencia del edificio. El centro se desarrolla en una sola planta con área expositiva, zona de audiovisuales y administrativa.

En definitiva, el impacto urbanístico del conjunto no solo ha resultado muy positivo para los locales, sino que además ha hecho que los viajeros de otros lugares puedan seguir accediendo para disfrutar de este lugar emblemático del Pirineo aragonés.

Centro de acogida de Canfranc

Centro de acogida exterior e interior
Nuevo centro de acogida ubicado a continuación del edificio de la antigua estación

Ingennus

Escrito por Maria Unceta desde Zúrich
Fotografías de Manolo Yllera, Paulina Aleshkina, David Tejedor, Barceló Group

 

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