Redescubrimos el sendero que permite el acceso a la más representativa de las acrópolis griegas y que es aclamado como una de las intervenciones paisajísticas más significativas de la Arquitectura Moderna
En 1951, Dimitris Pikionis recibe el encargo de diseñar la adecuación para el acceso a la Acrópolis de Atenas, así como para reordenar las conexiones peatonales y rodadas entre ésta y la vecina colina Filopapos. El problema al que se enfrenta el arquitecto griego es complejo: debe dar respuesta a los problemas y exigencias funcionales de la ciudad de mediados del siglo XX (donde el tráfico urbano y el turismo son cada vez más crecientes) en un entorno que no está preparado para ello. Así, garantizando siempre la accesibilidad que se le demanda, se sumerge en la búsqueda del difícil equilibrio entre la modernidad y la tradición clásica, llevando sobre sus espaldas la responsabilidad que conlleva intervenir en el área “más gloriosa” de la Antigüedad.
Fotografía Aérea del área de la Acrópolis antes de la intervención de Pikionis, 1953. Imagen: Benaki Museum
Dibujo del área en torno a la Acrópolis y el monumento a Filopapos, 1954. Imagen: Benaki Museum
Para abordar semejante reto, Pikionis asumirá que la respuesta proyectual no puede partir de la imposición formal o de la implantación de un modelo o sistema abstracto, ajeno al lugar (como venían haciendo en otras partes de Europa sus coetáneos, que veían en la mecanización y la arquitectura industrial una fuente de nuevos órdenes), sino que el sistema a proponer debía nacer del mismo espacio donde iba a ser implantado. Las reglas internas que debían sustentar el proyecto no existían a priori, debía buscarlas y descubrir sus claves escuchando al genius loci.
Camino de acceso a la Acrópolis con el Partenón al fondo. Imagen: Helene Binet
Camino de Filopapos con la acrópolis al fondo. Imagen: googlemaps
Quizá uno de los secretos que el espíritu del lugar pudo susurrarle es que el camino de llegada a las antiguas ciudades griegas es tan importante como el propio destino, o dicho de otra manera: el paseo y los hitos que encontramos en él forman parte de todo el conjunto, suponen el tránsito paulatino de la incontrolada naturaleza al orden de la arquitectura del hombre y los dioses. Por tanto, la promenade de Pikionis debía ser, como la Acrópolis de Atenas, un lugar sagrado, un camino sacro.
Camino hacia el monumento a Filopapos. Imagen: Erietta Attali
El sendero que aflora del suelo no será un simple camino de llegada, sino de ida y retorno, un lazo que el arquitecto dibuja curvado en sus extremos formando un bucle que sugiere la infinitud del movimiento. El trayecto del visitante se convierte en un viaje en el tiempo y el espacio, donde la ciudad de hoy y de ayer quedan enlazadas en un continuo indisoluble.
Planta de un tramo del camino hacia la Acrópolis de Dimitris Pikionis
Planta de un tramo del camino hacia la colina de Filopapos, Dimitris Pikionis. Imagen: Benaki Museum
A grandes rasgos, podemos decir que el recorrido se organiza en dos tramos: el camino de la Acrópolis y el camino de Filopapos. El primero, de 310 m, es de carácter peatonal y, aunque es más directo y funcional que el de Filopapos, en todo momento está presente el juego visual con la Acrópolis, convirtiéndose en la antesala del podio de roca sagrado que se eleva al fondo. El tratamiento en esta parte es más sencillo y regular, donde las texturas y el resto de elementos se disponen para ensalzar todo el conjunto arquitectónico.
Comparación entre el camino hacia la Acrópolis y el camino hacia Filopapos. Imágenes: Mayte Piera
Detalle del pavimento del camino hacia la Acrópolis. Imágenes: Mayte Piera
El camino hacia el monumento a Filopapos es más largo, de unos 520 m, y está diseñado para soportar también tráfico rodado al incorporarse en él bandas de hormigón junto a las piedras. La inclusión de este material en el diseño no aminora la delicadeza de la intervención en el paisaje, por el contrario, enfatiza la plasticidad del diseño, recreándose en las curvas y recovecos del terreno.
Detalle del pavimento del camino hacia Filopapos. Imágenes: Benaki Museum
Detalle del pavimento del camino hacia Filopapos. Imágenes: Benaki Museum
Pikionis crea una alfombra consistente en un mosaico de fragmentos pétreos procedentes del derribo de unas viviendas que en el siglo XIX ocupaban la zona; paradójicamente, la brutal destrucción de estas edificaciones (a la que el propio arquitecto se oponía) dará lugar a la dignificación del lugar, lo que nos lleva de nuevo a la idea del continuo espacio-tiempo y el reciclaje de la ciudad a través de la manipulación de su materia y la deconstrucción de sus formas.
Dibujo de proyecto del pavimento de la Iglesia St. Dimitrios Loumbardiaris de Pikionis. Imagen: Benaki Museum
Fachada de la Iglesia St. Dimitrios Loumbardiaris, Dimitris Pikionis. Imagen: Stefano Zuppelli
El collage de Pikionis va más allá del plano horizontal del suelo para incorporar en la intervención la vegetación del lugar, la topografía, y diferentes hitos que suponen un alto en el camino. Así, el paseo involucra de forma activa al caminante ya que éste se ve envuelto en un juego de miradas constante: mientras que el complejo despiece del pavimento cobra protagonismo como línea que perfila el suelo natural, la vegetación enfatiza u oculta determinadas vistas, al tiempo que los hitos construidos (como el mirador Anderon o el recinto de St Dimitrios Loumbardis) son el resultado de un meticuloso estudio métrico-axial donde el arquitecto aplica el conocido como “método Doxiadis”.
Dibujos preliminares de las plantas en el acceso a la Acrópolis, Dimitris Pikionis. Imagen: Benaki Museum
Estudio geométrico-axial para la disposición de distintos elementos, Dimitris Pikionis. Imagen: Benaki Museum
La integración de sus estudios matemáticos con la emoción de sus dibujos pone de manifiesto la dualidad permanente en la obra de Pikionis, donde el rigor y la pasión, la modernidad y la tradición clásica, la estaticidad y el movimiento, dialogan en la búsqueda del equilibrio. Las piedras, que en ocasiones endurecen los bordes del camino y en otras los destruyen para fundirlo con la tierra, son testigo y ejemplo de ello.
Piedras del camino hacia la Acrópolis. Imagen: Mayte Piera
Imágenes:
Hélène Binet: http://www.helenebinet.com
Mayte Piera: https://fotografadearquitectura.blogspot.com.es/
Benaki Museum: https://www.benaki.org/index.php?lang=en
Erietta Attali: http://www.erietaattali.com
Stefano Zuppelli @zetasum: https://www.instagram.com/zetasum/