Vista desde el interior al jardín centralRecordando a los paraguas estructurales del madrileño Candela, la arquitecta mexicana Gabriela Carrillo y su equipo diseñan y construyen un nuevo mercado para una zona vulnerable en poco tiempo y presupuesto acotado
Los mercados públicos en México poseen una larga tradición que se extiende desde la época prehispánica en donde se comerciaba en explanadas al aire libre hasta los grandes centros de distribución de alimentos de áreas metropolitanas, como la Central de Abastos de la Ciudad de México, la más grande de toda Latinoamérica.
Siendo un lugar donde conviven diariamente personas de distintas regiones del país, los mercados suelen ser también sitios donde se da un intercambio comercial, cultural y gastronómico. Son una síntesis de expresiones donde además se aprende a convivir en comunidad y se conoce a sus integrantes.
Así es como la tipología arquitectónica de patio, herencia tanto indígena como hispánica y árabe se ha ido replicando a lo largo de la arquitectura mexicana. Con el patio es como la ventilación cruzada y la iluminación solar controlada han sido solucionados en una zona como Matamoros, Tamaulipas, en el norte de México. Al mismo tiempo siempre es una oportunidad para crear un jardín y clima controlado al interior, una especie de oasis que se distingue del contexto.
Como parte de una política gubernamental de mejoramiento barrial en zonas marginadas, la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México fue contratada para desarrollar proyectos con una fuerte carga social. La arquitecta Gabriela Carrillo fue invitada a participar a un concurso y ella junto con otros cuatro arquitectos fueron los ganadores para desarrollar y construir un proyecto que debía estar inaugurado seis meses más tarde.
El despacho se decidió por usar una mezcla de elementos prefabricados y otros realizados in situ, pues aun cuando la velocidad y costo es importante, también se promueve el uso de mano de obra local que proporcione trabajo temporal a personas de la comunidad a intervenir.
El proyecto de mercado Matamoros a su vez forma parte de un complejo de plazas públicas, jardines y espacios deportivos, que en conjunto dotan a una zona marginada de la infraestructura de la que había carecido por mucho tiempo.
Recordando ligeramente los mercados públicos que el madrileño Félix Candela hizo en la capital del país a mediados de siglo, este mercado consiste utiliza perfiles metálicos para soportar la cubierta de mampostería, dispuesta en módulos trapezoidales perimetrales.
En planta baja, un muro continuo de ladrillo conforma los límites del mercado, pero también la serie de 40 locales que ven hacia el interior y cuyos muros divisorios sirven de contrafuertes.
En proyecto ha recibido diversos reconocimientos por la sencillez constructiva, pero también por representar un giro de 180° a las anteriores políticas de construcción de espacio público donde se daba prioridad a zonas turísticas en detrimento de áreas marginales donde la inversión pública históricamente había sido poca. Con esto se demuestra una vez más el papel fundamental de la arquitectura en la configuración de una sociedad.
Gabriela Carrillo
Fotografías de Rafael Gamo
