Fotografía de Iwan BaanEl estudio de arquitectura Paisajes Emergentes en las Piscinas Olímpicas para los IX Juegos Suramericanos además de disponer un complejo programa arquitectónico de forma orgánica, innovadora y acertada en un área total de 16.000 metros cuadrados, propone diferentes dinámicas entre el que habita, los elementos, las materias, los niveles y los recorridos generando tensiones y vínculos que continuamente provocan sensaciones y emociones a medida que se dialoga con el espacio
Las Piscinas Olímpicas para los IX Juegos Suramericanos fueron construidas en el año 2009 en Medellín. El terreno se encuentra junto al Valle de Aburrá y los Coliseos de la capital Antioqueña. Al ser rodeadas por la cordillera emblemática de la ciudad, la topografía se convierte en la protagonista visual del proyecto y le sirve de antesala a la vegetación que se encuentra dentro, la cual dialoga constantemente con la arquitectura y es parte fundamental de los recorridos.
El conjunto fue diseñado por la firma de arquitectura Paisajes Emergentes, la cual por medio del programa debía crear un lugar para las diferentes competencias que se iban a desarrollar en los juegos y además generar un nuevo centro de formación de natación. El tejido se podría descomponer en dos grandes partes. La primera, alberga las áreas protagonistas que son las cuatro piscinas con mayor independencia: tres sobre el eje del borde occidental que incluye la piscina de actividades acuáticas de 50 metros por 25 y las piscinas escuela 1 y 2 que cuentas con diferentes dimensiones; la cuarta piscina -nado sincronizado de 30 metros por 25- se encuentra fuera del eje, hacia el costado oriental, y se privilegia de un palco ubicado en el edificio de las áreas administrativas.
Para llegar a la superficie de las albercas es necesario recorrer y ascender. El usuario llega al complejo a través del único edificio -con excepción del kiosco de comidas- que se eleva de la planta a nivel 0. Esta construcción alargada y permeable que sobrepasa la cota de las piscinas contiene las aulas administrativas, pero a su vez cumple la función de ser terraza pública, el ingreso principal de la configuración y el palco de la piscina de nado sincronizado como se mencionó anteriormente.
Cuando la persona ingresa a través de este volumen, encuentra una planta bastante dura en concreto a la vista, pero que contrasta con el verde de la cordillera y de la naturaleza -inspirada en los bordes de los humedales tropicales- que acompaña a las circulaciones y algunas terrazas. Desde este nivel el usuario puede contemplar el fondo de algunos estanques por medio de ventanas que rompen la sólides del concreto y permiten a la persona contemplar el estado líquido, generando una constante interacción del ser humano con la vegetación y el agua, elementos inmersos en la rigidez.
En el nivel enterrado se encuentran los patios, los baños, las zonas técnicas y algunas oficinas, cuyas cubiertas se convierten en grandes jardines. Los diferentes patios además de ser puntos de encuentro y de estiramiento para los deportistas también cumplen con la función de iluminar de forma natural los demás espacios bajo tierra. La segunda gran parte del tejido contiene las aulas complementarias y ocho piscinas adicionales en su parte alta. Es un módulo cuasi ovalado con una gran gradería en el límite oriental.
Uno de los principales lineamientos proyectuales fue el de forjar una constante interacción entre el que mora y el agua, invitando al usuario a fluir con las diferentes circulaciones que asemejan un laberinto y exploran diversas materias -sólido, líquido, la espesura de la flora-. Los recorridos vienen acompañados por varios puntos fijos que se proyectan como rampas en forma triangular en sentido descendente evocando la sensación de la extensión del tiempo y de la sumersión en el paisaje promoviendo a la contemplación del cielo.
El estudio de arquitectura Paisajes Emergentes en las Piscinas Olímpicas para los IX Juegos Suramericanos además de disponer un complejo programa arquitectónico de forma orgánica, innovadora y acertada en un área total de 16.000 metros cuadrados, propone diferentes dinámicas entre el que habita, los elementos, las materias, los niveles y los recorridos generando tensiones y vínculos que continuamente provocan sensaciones y emociones a medida que se dialoga con el espacio.
Escrito por María Carla Flórez Jiménez desde BOGOTÁ D.C.
Diseño: Arq. Edgar Mazo, Arq. Sebastián Mejía, Arq. Luis Callejas (como Paisajes Emergentes)
Desarrollo concurso: Arq. Farhid Maya, Arq. Andrés Zapata, Arq. Sebastián Betancur, Arq. Clara Arango, Arq. Adriana Tamayo, Arq. Juanita González, Arq. Eliana Beltrán
Desarrollo proyecto: Arq. Farhid Maya, Arq. Iván Forgionni, Arq. Andrés Zapata, Arq. Luis Tobón, Arq. Juan Sebastián Pérez, Est.Sebastián Monsalve, Est. Sebastián Serna, Est. Juan Esteban Gómez, Est. Érica Martínez, Est. Aura Cuartas
Fotografías: Iwan Baan, Cristóbal Palma, Alex Laing, Archivo Paisajes Emergentes
