Rehabilitación de la Fabriqueta de Rocafort

Rehabilitación por Conesa&Franch Arquitectos de un proyecto cargado de historia que formaba parte del conjunto de la “Fabriqueta” y que sirvió como escuela de espías y acuartelamiento de tropas durante la guerra civil

Cuando llegó este encargo al estudio y comenzamos a trabajar en él, enseguida sentimos que a pesar de la dificultad que conlleva siempre una rehabilitación de este tipo, iba a ser un proyecto muy gratificante.

Es una casa cargada de historia. Construida según datos catastrales sobre 1900, formaba parte del conjunto de la “Fabriqueta”, dedicada a la fabricación textil y que durante la guerra sirvió como acuartelamiento provisional de las tropas, incluso hay constancia que fue una escuela de espías. Posteriormente este conjunto formado por varios edificios, éste y el situado en la parcela contigua, se transformaron en dos chalets.

Las huellas de esta historia se comprobaron con la realización, primeramente, del derribo interior de tabiques y falsos techos. Se eliminó todo lo superfluo, sin valor histórico, dejando tan sólo la piel exterior vista; muros de piedra, pilares de ladrillo macizo y las cubiertas con estructura de madera, creaban un lienzo en blanco donde empezar a trabajar.

Debido probablemente a su pasado como edificio de tipo industrial, los materiales empleados en su construcción no tenían una gran calidad. Además, había sufrido una serie de intervenciones a lo largo de los años anteriores que habían hecho que muchos de sus elementos estuvieran deteriorados, por lo que, aunque se pensaron mantener durante el proyecto, finalmente, debieron ser sustituidos durante las obras de rehabilitación.

Durante los días que pasamos realizando la toma de datos, estudiando el lugar y sus posibilidades nos fuimos cargando de la buena energía que nos trasmitía la casa y sentimos una fuerte conexión con ella.

Nuestra intención desde el principio fue mantener la configuración espacial de la casa, además, era necesario por temas urbanísticos respetar su volumen y no modificarlo, por lo que nuestra actuación se debía centrar en el interior de la misma.

Ante la necesidad de mayor superficie de uso por parte de la propiedad, se planteó la realización de un forjado intermedio dentro de este volumen. Pero sólo en una parte del mismo, aprovechando la zona con mayor altura y procurando no perder la espacialidad del edificio descubierta durante el derribo inicial.

Una vez atravesada la puerta principal, se llega a un amplio vestíbulo con un espacio a doble altura desde el cual puede observarse la configuración volumétrica de la vivienda que recuerda mucho a la original. A un lado el amplio volumen con cubierta a un agua, donde se ubica la zona de salón y comedor. Y por el otro, a través de este espacio a doble altura, se aprecia el volumen a dos aguas del cuerpo principal, con el gran pilar central de ladrillo macizo visto que recorre ambas plantas y la estructura de madera vista como protagonistas.

Potenciando la función de conexión de este espacio, se incorpora en él una escalera ligera que contrasta con el muro de pizarra al que está adosada y una pasarela de vidrio que da acceso a la parte alta de una estantería, en proyecto abierta a través de la cual se observa todo el espacio.

En cuanto a los materiales y sistemas constructivos, destacar la solución de cubierta. El forjado existente se ha sustituido por otro mediante vigas y viguetas de madera y entrevigado de panel ligero tipo sándwich, incorporando con este sistema un buen aislamiento térmico e impermeabilización que permite adaptar la cubierta de la casa a las necesidades actuales de confort. Destacar también, la reutilización de la teja árabe antigua para la cubrición de la nueva cubierta.

Los pilares de ladrillo macizo que estaba en mal estado se rehicieron con el mismo material y se han dejado vistos. No se ha mantenido el muro de carga central existente, que servía de apoyo al nuevo forjado, debido a su poca estabilidad y que fue necesario sustituir durante la obra por otro realizado con termoarcilla.

En cuanto a los huecos de iluminación, al realizar el derribo del falso techo de cañizo, se observó que existían varias ventanas en la parte alta del edificio que estaban cegadas por su parte exterior. Durante la rehabilitación, se abrieron de nuevo para la iluminación de los nuevos espacios en la planta primera. Se dejó el ladrillo hueco macizo que las enmarcaba y los dinteles de madera vistos como seña de la recuperación de estas ventanas.

Se han respetado la dimensión de los huecos originales, en la medida de lo posible, y únicamente se han modificado aquellos que nos permitían aumentar la conexión de la casa con el exterior. Así, se abrió un gran ventanal en la cocina y un nuevo acceso de ésta hacia el exterior. Y en el comedor, se amplió el hueco existente, con la incorporación de una carpintería plegable que permite su total abertura y facilita la conexión de la zona de día con el gran jardín posterior.

En cuanto a la materialización de los acabados, el uso de materiales como el ladrillo macizo visto y la madera natural de la estructura, contrasta con otros materiales más actuales como el porcelánico, la madera lacada en blanco, el vidrio y el acero.

Conesa&Franch Arquitectos

Fotografías de Mayte Piera

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