La seguridad con la que se plantea el rotundo volumen de Kannikegården, la nueva casa parroquial de Ribe (Dinamarca), mostrando la sensibilidad del equipo Lundgaard & Tranberg Arkitekter a la hora de insertarse en la trama histórica y rememorar el pasado, ha convertido este proyecto en finalista de los Premios Mies van der Rohe 2017.
El estudio danés Lundgaard & Tranberg Arkitekter ganó hace unos años el concurso para la construcción de la nueva casa parroquial de Ribe, una pequeña población del sudoeste de Dinamarca. Considerado como uno de los pueblos más antiguos del país, en esta zona se inició la cristianización de Escandinavia, conservando, aún hoy, su sede episcopal.
Kannikegården, Modelización para el concurso, Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
El nuevo edificio a construir, denominado Kannikegården, requería un programa mixto de usos, donde tuvieran cabida tanto las funciones requeridas por el consejo de la parroquia y el personal de la iglesia, como toda una serie de usos públicos abiertos a la comunidad. Los espacios propuestos debían acoger todo tipo de eventos culturales y de ocio, desde proyecciones o conciertos, a conferencias y encuentros.
La parcela donde se ubica la edificación se sitúa en el lateral de la catedral, en pleno centro histórico, rodeada de numerosas edificaciones de carácter patrimonial. Si la inserción en este tipo de entorno ya es, en sí, un reto, los arquitectos tuvieron que enfrentarse, además, a la aparición de restos arqueológicos en el subsuelo. Se trata de estructuras murarias de fábrica de ladrillo, datadas en el siglo XII, y que corresponderían con los restos de un antiguo monasterio.
Kannikegården, plano de situación, Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Esta situación llevó al estudio Lundgaard & Tranberg Arkitekter a proponer una dualidad en la edificación, distinguiendo claramente entre el nivel inferior, de carácter transparente y abierto, donde se conservan los distintos estratos de la historia del lugar; y las nuevas dependencias parroquiales que se disponen sobre los restos en un volumen rotundo y cerrado.
Kannikegården, esquema tectónico, Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Kannikegården, boceto, Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Kannikegården, planta baja, Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Kannikegården, primera planta, Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Kannikegården, segunda planta, Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
La edificación se coloca paralela a la plaza, recurriendo a una escala similar a los edificios próximos. El volumen construido se materializa como una pieza única y compacta que rememora el perfil de las edificaciones históricas que la circundan, mediante una cubierta de fuerte pendiente. Toda su superficie, tanto en sus planos verticales como en los inclinados, se recubre de piezas cerámicas de color marrón rojizo, en un guiño a la construcción tradicional en ladrillo.
Kannikegården, sección del entorno, Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Kannikegården, sección, Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Kannikegården, Ribe (Dinamarca), Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: Anders Sune Berg
Kannikegården, Ribe (Dinamarca), Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Kannikegården, Ribe (Dinamarca), Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
El carácter evidente de modernidad, evitando el falso histórico, se consigue gracias al despiece del revestimiento cerámico, utilizado con una dimensión de piezas de mayor tamaño que las empleadas en la arquitectura tradicional.
Los vanos abiertos en el volumen se configuran como perforaciones, huecos trazados al azar, de dimensiones cambiantes, que rompen con las clásicas composiciones a partir de ejes de ventanas. La forma cuadrada de los vanos se diferencia claramente de los perfiles apuntados de la arquitectura gótica de las edificaciones próximas.
Kannikegården, Ribe (Dinamarca), Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
El volumen se apoya en pilares de hormigón, y la planta baja se delimita mediante un cerramiento de vidrio que mejora la conservación de los restos arqueológicos permitiendo, a la vez, que puedan ser contemplados desde fuera. De manera puntual, este cerramiento se abre para garantizar la ventilación del espacio inferior.
Sobre el cierre acristalado, unos tablones de madera, dispuestos de manera no pautada, protegen el vidrio e introducen una distinción material entre el volumen superior y la desmaterialización de la planta baja.
Kannikegården, Ribe (Dinamarca), Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Los muros inferiores, en su adaptación al lugar, se construyen en hormigón, dejando visto un encofrado con listones de madera que rememora las hiladas de la fábrica de ladrillo tradicional. Las ruinas conservadas se muestran gracias a un espacio de carácter expositivo que posibilita visiones desde diferentes niveles y posiciones. Pasarelas y escaleras se construyen con elementos metálicos, en una distinción clara de lo nuevo y lo antiguo, el presente y el pasado.
Kannikegården, Ribe (Dinamarca), Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Kannikegården, Ribe (Dinamarca), Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Kannikegården, Ribe (Dinamarca), Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
El tratamiento de la zona sur de la parcela, en suave declive desde el nivel de la calle hasta la cota de los restos arqueológicos, se trata como una zona verde aterrazada, que introduce la iluminación natural en el espacio inferior y ayuda a garantizar la ventilación.
Kannikegården, Ribe (Dinamarca), Lundgaard & Tranberg Arkitekter. Imagen: LTArkitekter
Sin duda, la sensibilidad con que se integra el volumen dentro de la trama histórica, la evocación de su perfil en una rememoración de las tradiciones arquitectónicas del lugar, su acabado material o el tratamiento dado a los restos conservados, son argumentos más que suficientes para justificar su elección como proyecto finalista de los Premios Mies van der Rohe 2017.