La firma neoyorkina de arquitectura Studio Tack diseña el restaurante que lleva por nombre Tsukimi y pretende ofrecer una versión moderna de la cocina Kaiseki. Un espacio creado con paneles de roble blanco, espejos de vidrio envejecido y luces de alabastro para crear un ambiente elegante y acogedor en este pequeño restaurante japonés en la ciudad de Nueva York.
Con una superficie de 61 metros cuadrados, el restaurante ocupa la planta baja de un antiguo edificio de ladrillo en el vecindario East Village de Manhattan, fachada del cual ha sido forrada con vidrio con grabado lineal de manera que ofrece una visión difuminada del movimiento del restaurante en su interior.
La cocina que el restaurante desarrolla, conocida como Kaiseki, es un tipo de alta cocina japonesa que se remonta a cientos de años de antigüedad e incluye múltiples platos que se preparan y presentan meticulosamente.
Los visitantes se adentran en un pequeño vestíbulo de entrada decorada con vegetación seca colgante confeccionada con una planta tradicional de cosecha, y da paso a las aberturas arqueadas las cuales conducen a una habitación estrecha y lineal llena de luz dorada y acabados de madera.
El equipo de arquitectos usó para los muros de local escayola y paneles de madera acanalados que hacen referencia a su fachada de vidrio, así como grandes espejos hechos de vidrio envejecido y bronceado ayudan a que el espacio compacto se amplíe visualmente. Las líneas geométricas de la composición retoman la filosofía del restaurante y el original mosaico clásico del pavimento, el cual se remonta a la década de los años 20, se conecta a la historia del edificio.
Los huéspedes se acomodan en los dos mostradores en el centro del restaurante, con un corredor de servicio entre ellos, al más puro estilo de taberna japonesa tradicional. Dichos mostradores han sido construidos con roble blanco y están cubiertos con latón no lacado que desarrollará una pátina con el tiempo.
Estos mismos sirven además como exposición de piezas de cerámica tradicional de Japón, vajilla cuidadosamente seleccionada que varía según la temporada. La colección incluye piezas de cerámica del artista japonés Hitori Wada y la artista Minami Takahashi.
Las sillas ladderback de Jason Roskey de Fern se alinean a los mostradores, y han sido específicamente diseñadas para evitar que los invitados se fatiguen durante su comida de 11 platos.
Como iluminación, una serie de luces tubulares suspendidas, creadas por el Atelier Alain Ellouz en Francia fabricadas en alabastro, se combinan con apliques de pared de vidrio de bronce y esmerilado de Allied Maker en Nueva York. Según explican los arquitectos, la iluminación está diseñada para ser vista de la misma manera que los japoneses se acercan a la luna durante Tsukimi, es decir, indirectamente, al ver su reflejo en el agua o su difusión de luz a través del paisaje.
La iluminación contribuye al ambiente general, que está destinado a ayudar a los huéspedes a relajarse y abrazar la experiencia kaiseki.
Si bien el diseño está inspirado la arquitectura japonesa su composición de formas y texturas así como de elementos específicamente seleccionados, a través del diseño del restaurante Tsukimi se busca reducir la velocidad mental, creando una atmósfera elegante y terminada, pero relajada y reconfortante.
Fotografía, Read McKendree.
Para conseguir ambientar estos restaurantes tan elegantes es importante tener en cuenta ciertos detalles que son esenciales en estos aspectos. Una de las cosas más importantes en estos casos es cuidar muy bien el menaje y mobiliario de cocina. Esto no solamente es importante para poder realizar de manera adecuada todas las comidas, sino que dependiendo del mobiliario se conseguirá también un restaurante más elegante.