Stefano Boeri, nuevo acceso al museo Domus Aurea de RomaStefano Boeri firma la nueva pasarela de acceso a la Domus Aurea de Roma. Una intervención de carácter, que es al mismo tiempo, respetuosa con el patrimonio cultural romano
La Domus Aurea, Villa Dorada en latín, fue la espectacular villa romana que construyó el emperador Nerón después del grande incendio de Roma del 64 d.C., y situada en la Colina del Oppio cerca del Coliseo romano. Después de la muerte de Nerón, la villa fue destruida y en parte sepultada bajo escombros. Sobre éstos se construyeron otros grandes edificios como las Termas de Tito, las Termas de Trajano y el Templo de Venus y Roma. En pocos años, la que había sido una suntuosa villa desapareció enterrada, y no fue re-descubierta hasta el Renacimiento, siglos más tarde.
Fotografía de Lorenzo Masotto
Fotografía de Lorenzo Masotto
Stefano Boeri Architetti ha proyectado recientemente el nuevo ingreso al museo de la Domus Aurea. Se trata de una pasarela que une el acceso actual con la sala Ottagona de la villa, seis metros por debajo del nivel del Parque de la Colina del Oppio. A través de un recorrido inmersivo, la pasarela permite visitar los espacios subterráneos como la bóveda de trajano y las diferentes estructuras termales construidas en fases distintas.
El portal de ingreso está realizado con chapa de acero galvanizada pintada de negro, que contrasta con los detalles elaborados con bronce de acabado cepillado. En la zona del vestíbulo se colocan el espacio para la taquilla y el bookshop.
Con el fin de respetar y no dañar las delicadas preexistencias arqueológicas, Boeri diseña una pasarela autoportante y autónoma, montada de forma artesanal y sin necesidad de usar ni maquinarias ni soldaduras que afectaran los muros de la Galleria III. La pasarela, peatonal y totalmente accesible, está construida con una estructura de perfiles metálicos HEB revestida con chapa metálica galvanizada oscura. El acabado exterior de la pasarela contrasta con el revestimiento interior blanco.
Fotografía de Lorenzo Masotto
Fotografía de Paolo Rosselli
Fotografía de Paolo Rosselli
Un elemento importante del proyecto es la iluminación, realizada con una tira de LED que señala el paso al visitante y subraya la linealidad de la intervención. También se han incluido puntos de luz posicionados estratégicamente para iluminar y resaltar los detalles constructivos antiguos, el sistema de muros, la cisterna y otras partes de la excavación. El resultado es un camino iluminado en medio de la oscuridad que ha sido apodado la Via Láctea. El recorrido de la pasarela permite al visitante observar las ruinas desde el alto, pasar muy cerca de los muros e incluso atravesar los espacios hasta llegar a la impresionante Sala Ottagona.
La sala Ottagona es uno de los elementos más sugestivos de la Villa de Nerón. Esta sala era el coenatio, el comedor para los banquetes, y está cubierto con una grande cúpula hemisférica de conglomerado de cemento que tiene un oculus cenital central. La cúpula está sostenida con pilares en los lados del octágono y dinteles planos horizontales. De esta manera se forman ocho aperturas cuadradas que antiguamente conectaban la sala con el exterior y con los ambientes contiguos. La grande abertura superior de la cúpula estaba dotada con unas ranuras que servían de guías para una serie de elementos hemisféricos concéntricos y giratorios, hechos con madera y decorados con motivos astrales.
Fotografía de Paolo Rosselli
Fotografía de Paolo Rosselli
Es aquí donde acaba el recorrido inmersivo de la pasarela que pasa el testigo al elemento vertical, un panel neutro que permite realizar proyecciones de vídeos e información sobre la villa, y a la vez, esconde una plataforma elevadora.
La característica principal del proyecto de Boeri es la dificultad de la operación en un contexto extremadamente frágil, respetando con delicadeza el patrimonio cultural. Al mismo tiempo, se trata de una intervención con carácter que devuelve el protagonismo a un fragmento de la historia del arte romana.
Escrito por Aina Pérez i Verge desde TURÍN
Fotografías de Paolo Rosselli y Lorenzo Masotto
