Un proyecto diseñado para una pareja formada por un médico de urgencias y una peluquera, con sus tres hijos y un perro. Una obra que ofrece hogar, refugio de paz y espacio de trabajo en una exuberante zona con vistas al Océano Pacífico
Localizado en la parte norte de la isla semi-tropical Amami Oshima, en la localidad de Toguchi, encontramos el proyecto de vivienda unifamiliar diseñado por el estudio de arquitectura Sakai Architects.
La zona, con solo algunas casas de vacaciones, fue elegida por los propietarios por dos razones principales: la primera era criar a sus hijos en plena naturaleza; y la segunda, ofrecer a los clientes de la peluquería una experiencia única y relajante. Una vivienda que ofrece refugio y espacio de desconexión a la familia, dejando atrás el ajetreo y el bullicio de la ciudad.
La parcela cuenta con más de 1.000 metros cuadrados, y desciende gradualmente siete metros desde la montaña hasta el mar. La residencia de dos plantas, diseñada para minimizar su interferencia con el paisaje, ocupa la sección noroeste de la parcela hacia la montaña, mientras que el lado del océano está cubierto con una gran terraza, que actúa como un amortiguador entre el interior y el exterior. El pequeño negocio familiar se encuentra solapado entre las dos zonas.
Los visitantes acceden al salón de la casa y a la peluquería desde la terraza en lugar de por la puerta principal. Una circulación única que refleja la antigua costumbre japonesa de que familiares y amigos cercanos utilizaran la Engawa como entrada a la vivienda.
La primera planta consta del baño, zonas húmedas y espacio de almacenamiento en el lado de la montaña, mientras que la sala, el comedor y la cocina se encuentran en el lado del océano, disfrutado de sus impresionantes vistas. El segundo piso ofrece un espacio privado, el dormitorio principal y la habitación de los niños.
La zona de comedor y cocina de concepto abierto goza de un amplio espacio de doble altura, el cual se comunica parcialmente con el espacio privado de la segunda planta a través de un muro en forma de barandilla de 1.080 mm de altura. Por otro lado, y para dar continuidad al concepto de conexión, los dormitorios se encuentran divididos por armarios de 2.000 mm de altura, lo que permite a los residentes sentir la presencia de los demás en cualquier lugar de la casa.
La estructura del edificio está construida de hormigón armado para resistir tifones, mientras que el tejado está hecho de madera para reducir el calor solar, así como los costes de la obra. Un proyecto minimalista en sus espacios, así como en su estética, que apuesta por el color natural del hormigón y la madera como sus protagonistas a lo largo y ancho de la vivienda.
Las ventanas, colocadas para enmarcar las imponentes vistas del mar y las montañas, están equipadas con aleros profundos para bloquear la intensa luz del sol. La fachada oeste está completamente cerrada para proteger el interior del sol extremo y garantizar la privacidad de la carretera, pero se colocan tragaluces sobre la entrada y la escalera para aportar la luz interior natural necesaria.
Además, la casa goza de buena ventilación natural durante todo el año gracias a su ubicación en una colina, lo cual permite a la familia vivir cómodamente a la sombra sin utilizar aire acondicionado, incluso en pleno verano.
Una casa diseñada como un espacio de descanso donde los residentes se sienten seguros y protegidos mientras experimentan de cerca la abundante y grandiosa naturaleza de Amami Oshima.
Fotografía de blitz studio