Los arquitectos desdibujan la escala del edificio despiezando sus cuatro usos principales en elementos con su propia cubierta para diseminarse en la densidad de su entorno rural

Mimetización del volumen del proyecto en su entorno rural
El pueblo de Illueca perdió su cine pero en su lugar ha ganado un nuevo espacio escénico de calidad. En esta región se llevó a cabo un concurso de ideas para generar nuevas alternativas de ocio para combatir este problema de la creciente despoblación. La propuesta ganadora de Magén Arquitectos resuelve de forma estratégica el programa a través de una volumetría dispersa completando el espacio de la manzana y participando de la trama urbana.

Esquema volumétrico
El gran reto de los arquitectos consistía en proyectar el volumen del uso cultural, en principio de mayor escala que sus edificios circundantes, en un entorno rural de densidad media-baja sin alterar en gran medida el perfil del núcleo histórico. La estrategia consiste en fragmentar el volumen en sus cuatro usos principales: la caja escénica, la sala de espectadores, el vestíbulo y los servicios anexos.

Alzado y sección del proyecto
Cada uno de estos usos queda diferenciado en su volumen, ya que cuenta con una cubierta inclinada diferente en distinta orientación y de distinta altura que las piezas contiguas, consiguiendo el efecto inmediato de minimizar su escala y adaptarse a la trama de los edificios domésticos del centro histórico. De esta forma, cada sección se adapta a las necesidades espaciales de cada uso de forma fluida, a la vez que define el carácter del proyecto.

Fachada de ladrillo rojo con grandes aberturas
La materialidad se inspira en el entorno inmediato con el uso del ladrillo klinker rojo. A través de este material evocan la tradición alfarera de la región, aunque de forma actualizada. La creación de celosías y el uso de distintos aparejos, la escala de las aberturas y las cubiertas de cobre hacen destacar el edificio discretamente como uso público.

Interior del foyer con el juego de luces y sombras de la celosía de ladrillo
En el interior se observa el potencial del material con sus juegos de luces y sombras, que iluminan de forma indirecta el espacio de entrada creando una atmósfera que va cambiando a lo largo del día. La luz junto con la materialidad del ladrillo y la madera aportan calidez a los espacios de circulación que surgen entre los usos principales del proyecto. Estos mismos elementos hacen del edificio una linterna durante la noche.

Vista del exterior enmarcada por las ventanas de madera
La abstracción interior contrasta con la arquitectura del pueblo que queda enmarcada a través de los marcos de madera de las ventanas. La sala en torno a la cual se ha organizado el resto del proyecto se desarrolla con un graderío continuo. Los requerimientos funcionales de la caja escénica hacen que esta sobresalga sobre los demás usos dando forma al volumen más alto del conjunto. En definitiva, el edificio es resultado de las características de las piezas de los usos diferentes y cubre sus necesidades generando un espacio atractivo para este pueblo.

Espacio interior del auditorio visto desde el escenario
Escrito por María Unceta desde Zúrich
Fotografías de Rubén P. Bescós
Auditorio de Illueca, Magen Arquitectos








