Antidiseño, antiheroico y pro-consumista: ARCHIGRAM

Archigram, el grupo que creó una realidad expresada solamente a través de proyectos arquitectónicos hipotéticos, sin necesidad de significar progreso o reconstruir el mundo

En 1996 el arquitecto Cedric Prince lanza la interrogante: La tecnología es la respuesta… pero ¿cuál es la pregunta? Si bien la tecnología ha democratizado la arquitectura, además de ser el motor de desarrollo en ingeniería y ciencias, la tecnología en su fase primitiva es una fuente de inspiración. La tecnología es la herramienta para soñar y crear utopías (o distopías) sin necesidad de significar progreso o reconstruir el mundo. Es así como hace 70 años  un grupo de estudiantes de la actual Architecture Association en Londres, conforman Archigram inspirándose en la tecnología con el fin de crear una nueva realidad que fuese expresada solamente a través de proyectos arquitectónicos hipotéticos.

El nombre Archigram (Arquitectura + Telegrama) fue inventado para describir una revista casera en 1961 por los jóvenes arquitectos Peter Cook y David Greene, Mike Webb, Ron Herron, Dennis Crompton and Warren Chalk. Esta revista de formato libre fue diseñada para explorar formas de pensar en oposición a los dictados modernos de la década de 1960 y las reminiscencias de la segunda guerra mundial. Las obras de Archigram basaban su sesgo futurista en el trabajo de los arquitectos Buckminster Fuller y Antonio Sant'Elia con su manifiesto Manifiesto de la arquitectura futurista. Escrito hace más de 100 años, este concebía el futurismo como arquitectura en "movimiento", un espacio arquitectónico ligado al tiempo, en un proyecto sistémico de la ciencia tecnológica de las máquinas.

Izquierda: Antonio Sant’Elia, Vivienda con ascensores exteriores y sistemas de conexión a diferentes niveles de calle de La Città Nuova, 1914. Derecha: Geodesic Dome house entre Kingman y Needles en Alamo Road, Arizona, diseñada a partir del átomo de carbono molecular por Richard Buckminster Fuller.

Entre los proyectos más influyentes de Archigram, la serie de las ciudades caminantes: The Walking City, Plug-in City e Instant City, propusieron diversas configuraciones espaciales con del uso de cápsulas, mega estructuras, componentes inflables o temporales, automóviles, muebles, ropa y artilugios para reemplazar las formas de construcción convencionales; en otras palabras, el uso inventivo de las nuevas tecnologías para repensar la sociedad y sus formas de habitar. Los sugerentes proyectos de Archigram se basaron en las tecnologías de la 'carrera espacial', el comienzo de la revolución de la información digital y el auge del consumidor liderado por Estados Unidos, para desarrollar nuevas visiones de cómo podría ser la vida y la sociedad en el futuro inmediato.

Archigram 1961-1966

Obras como Máquinas mortales (Mortal Engines) por Philip Reeve, donde en una realidad distópica ciudades en movimiento se cazan entre sí en una Tierra devastada y posnuclear, o WALL·E de Pixar, donde una nave dirigida por robots aloja a los humanos cuya corpulencia ha sido  degenerada debido a la pereza y la micro gravedad, ejemplifican las intenciones de los (anti)proyectos de Archigram: (anti)diseños (anti)heróico y pro consumista. Si bien es tentador irse por el hoyo del conejo en cuanto la idea de ciudades en movimiento, la realidad es que las ciudades caminantes e instantáneas ya existen, y las vemos cada año en montajes de giras y festivales de música, entre otros proyectos itinerantes.

Izquierda: Máquinas mortales. Arte por Jamie Gregory. Derecha: WALL·E, Pixar

Escenario itinerante en festival musical

Los trabajos de Archigram también fueron fuentes de inspiración de proyectos como el Centro Georges Pompidou diseñado por los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers. La diferencia con Archigram es que el desarrollo del movimiento high tech fue instructivo en cuanto a la necesidad de encontrar un equilibrio en la práctica y la imaginación.

Frente a la interrogante: La tecnología es la respuesta… pero ¿cuál es la pregunta? El mismo Richard Rogers respondió (indirectamente) haciendo referencia a uno de las máximas expresiones del movimiento high-tech, el Centro Pompidou en París. Argumenta Rogers: “Los mejores edificios de alta tecnología ofrecen una visión clara de su poder emancipador, de cuán profundamente arraigados los valores sociales y democráticos pueden y deben informar su uso, de modo que la tecnología se aproveche en beneficio de todos”.

Por el momento si hay algo palpable de las ideas de Archigram en la actualidad es que” Cada generación tendrá que fabricarse su propia ciudad. Esta constante renovación del ambiente arquitectónico contribuirá a la victoria del futurismo” Sant'Elia.

Escrito por Paula Cano desde ESTADOS UNIDOS
Fotografías de Archigram, Buckminster Fuller Institute, Wikimedia Commons