Con la buena intención de sacar el máximo partido a la vivienda que debían rehabilitar los arquitectos consiguieron poner en valor los muros, la estructura y el pavimento existentes confiriéndole además un ambiente fresco, luminoso y muy atractivo.
El apartamento, situado en en Carrer Gran de Gràcia en Barcelona, en origen era una suma de estratos históricos, a lo largo del tiempo los distintos usos que allí se habían desarrollado habían quedado latentes en sus muros, diferentes capas recubrían las paredes de los distintos espacios conformando un “ambiente extraño y desdibujado”.
No obstante, según los arquitectos, Vora Arquitectura, Pere Buil y Toni Riba, la potencia de sus trazas originales era aún perceptible: la secuencia longitudinal de espacios encadenados separados por muros de carga transversales, el pavimento de mosaico hidráulico distinto en cada estancia diferenciándolas jerárquicamente según su uso, y los techos de vigas de madera y bovedillas cerámicas curvas.
Siguiendo una estrategia de “reciclaje y transformación”, como los arquitectos definen, eliminaron los elementos superpuestos a lo largo del tiempo hasta llegar a los esenciales que definían el espacio original e insertaron nuevos elementos funcionales concentrados que se diferencian claramente de lo existente y permiten resolver las instalaciones.
De esta manera consiguen poner en valor lo más destacable de la preexistencia, que sin tener un valor patrimonial ni histórico excepcional si representa la tipología edilicia de una época, tejido urbano de una parte de la ciudad. Sin duda una actuación muy atractiva.
Limpiaron los paramentos estratégicamente, despojándolos de todos aquellos elementos que no definían el espacio esencial, mantuvieron trazas, marcas y capas de pintura. Consolidaron la estructura, realizando refuerzos y grapado de grietas.
Con la nueva distribución el espacio queda más abierto no obstante las estancias originales se manifiesta en el pavimento, donde se aprecian los distintos motivos del pavimento hidráulico original. Se homogeniza el color de paredes y techos, ahora todos blancos, así aumenta la luminosidad espacial.
Los nuevos elementos añadidos, módulos autónomos cerrados, como cajas independientes que contienen los servicios y el almacenaje. Se construyen mediante una subestructura que desde el exterior parece ser de madera como si de un embalaje se tratase, que contiene algo más importante en su interior. Las instalaciones se trazan entre los muros de estas cajas, de modo que no realizan nuevas regatas en los paramentos existentes. Se emplea el blanco como acabado de estos volúmenes, así se unifica con el espacio que los contiene.
Planta original.-
Axonometría de la intervención.-
Premios y menciones:
-
Bienal de arquitectura de venecia 2014/ grafting architecture. pabellón Cataluña -
Finalista XII beau/ bienal española de arquitectura y urbanismo -
Selección premios fad 2012 -
Selección arquia/ próxima 2012/ jóvenes arquitectos España -
Selección XII premios hispalyt/arquitectura de ladrillo 2011-13
© Fotos Adrià Goula
© Planos Vora Arquitectura, Pere Buil, Toni Riba