PATRIMONIO

Arquitectura al servicio de la moda: sede Gucci en Milán, por Piuarch

El estudio italiano Piuarch unifica las instalaciones de Gucci dispersas por Milán en la histórica fábrica Caproni, como nueva sede de la marca, integrando historia, diseño y modernidad como imagen corporativa, en un proyecto sensible con el patrimonio y la sostenibilidad.

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El estudio italiano Piuarch unifica las instalaciones de Gucci dispersas por Milán en la histórica fábrica Caproni, como nueva sede de la marca, integrando historia, diseño y modernidad como imagen corporativa, en un proyecto sensible con el patrimonio y la sostenibilidad.


La fábrica de la empresa aeronáutica Caproni fue construida en 1915 en la via Mecenate de Milán. El fundador de la empresa, Giovanni Battista Caproni (1886-1957), fue un destacado ingeniero que desarrolló numerosos modelos de aeroplanos, diversificando la producción hacia otros sectores como las motocicletas o los tranvías. En 1950, la empresa se declaró en quiebra cerrando sus instalaciones que, posteriormente, han tenido usos diversos.







Esta fábrica emblemática de Milán fue elegida en 2013 para acoger la nueva sede de la marca Gucci, perteneciente al Grupo Kering, unificando en un sólo espacio las distintas oficinas con las que contaba en la ciudad. El nuevo complejo, que ha recibido el nombre de Gucci Hub, ha sido proyectado por el estudio milanés Piuarch, fundado en 1996 por los arquitectos Francesco Fresa, Germán Fuenmayor, Gino Garbellini y Monica Tricario.





Los talleres y el hangar, donde se montaban los aviones Caproni, han sido minuciosamente conservados, eliminando las edificaciones que distorsionaban la imagen inicial de estas edificaciones industriales de las primeras décadas del siglo XX.





El complejo fabril ha sido cerrado con nuevas cubiertas en diente de sierra que, continuando con la estética industrial, introducen la luz en los grandes espacios abiertos de los talleres. En la parte central de la parcela se ha construido una torre de nueva planta, que incorpora, por contraste, la componente vertical en una edificación de desarrollo claramente horizontal.





Los grandes espacios diáfanos de los talleres y el hangar permiten acoger un programa variado, desde salas de exposición, áreas de actividades gráficas, estudio de fotografía, a espacios para recepciones, eventos, desfiles y presentaciones de los diseños para las nuevas temporadas, o un comedor y un restaurante. Las actividades más fraccionadas y que demandan espacios más acotados, como oficinas y despachos, se han ubicado en las seis plantas del volumen cúbico de la torre.







En total, el complejo alcanza los 35.000 m², contando con un aparcamiento subterráneo para 300 vehículos. Al cuidado y el respeto en la recuperación del patrimonio y a la intención de generar unas instalaciones modernas y adecuadas para la marca, se suma el tratamiento ajardinado de los numerosos espacios libres que se conforman entre las edificaciones.





La gran plaza central del complejo fabril, perpendicular al eje de la vía Mecenate, ha sido parcialmente ocupada por espacios a cubierto, que se convierten en la transición entre los espacios abiertos y las edificaciones. La plaza actúa como corazón de la intervención, concentra los principales recorridos peatonales y se vincula, especialmente, con el hangar.







Su disposición genera diferentes ámbitos al aire libre, fraccionados y delimitados por los edificios, que funcionan como patios, jardines y áreas arboladas. Esta secuencia de espacios juega con los llenos (estructuras construidas) y vacíos (espacios libres), introduciendo variabilidad en los desplazamientos de usuarios y visitantes.









El proyecto se ordena gracias a la construcción y los módulos estructurales de los talleres existentes. En algunos lugares, una nueva fachada completamente de vidrio permite la conexión directa entre interior y exterior.







La pieza conservada más singular es, sin duda, el hangar donde se montaban y ensamblaban los aviones Caproni. Su tamaño considerable, de una volumetría excepcional, es el lugar idóneo para desarrollar los desfiles y las pasarelas de moda.





La uniformidad entre las formas horizontales de los talleres, desarrollados en planta baja, se ve alterada con la inserción de la nueva torre, que genera un contrapunto vertical, un hito diferenciado, que sobresale de un basamento continuo de edificaciones industriales. Al perfil quebrado de las cubiertas de talleres y hangar, en una línea en zigzag, se opone un cuerpo cúbico de volumetría rotunda.





No sólo la volumetría, sino también la materialidad, refuerza el contraste entre la edificación nueva y los restos patrimoniales conservados. El prisma de la torre se construye con acero, en color negro, y un revestimiento de vidrio protegido por un entramado geométrico como parasol. Frente al ladrillo visto conservado en los cerramientos de las edificaciones fabriles, en tonos rojizos, la torre muestra una materialidad moderna y contrastante, sin arrojar dudas sobre su carácter actual.





Frente a la horizontalidad que remarca el desarrollo volumétrico de los talleres, reforzado visualmente por las hiladas de ladrillo de las fábricas de sus muros, la torre opone un patrón vertical y regular en la disposición de la protección solar. Las relaciones entre ambas edificaciones se refuerzan gracias a la tensión cromática que se establece entre el rojo del ladrillo y el negro de los elementos metálicos y las carpinterías.







El diseño de todo el complejo se ha basado en la sostenibilidad, recurriendo al empleo de energías renovables, con la instalación de un sistema fotovoltaico y climatización mediante bombas de calor que utilizan agua subterránea. El compromiso medioambiental les llevó, durante la construcción, al reciclaje del 90% de los escombros y materiales de desecho.





El complejo consigue un entorno altamente contemporáneo poniendo en valor una edificación industrial de importantes connotaciones históricas para la ciudad, trascendiendo el mero espacio de trabajo hasta convertirlo en un lugar de creatividad e intercambio cultural. Gucci Hub Milán se une a los otros dos centros principales en Italia, la sede central en Florencia, origen de la marca, y la sede de Roma, como Ufficio Stile, actualizando y redefiniendo la imagen corporativa.



Fotografías de Andrea Martiradonna



https://piuarch.it/works/enel-pavillion/

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