Arquitectura

Arquitectura en superadobe y cúpulas de color para regenerar la comunidad

Zav Architects firma el Majara Residence en Hormuz, la Isla arcoíris, un conjunto de cúpulas de colores que combina el ecoturismo responsable, el diseño participativo y el impacto territorial positivo        

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Zav Architects firma el Majara Residence en Hormuz, la Isla arcoíris, un conjunto de cúpulas de colores que combina el ecoturismo responsable, el diseño participativo y el impacto territorial positivo        

Majara Residence en la isla arcoíris de Hormuz

Situado en la costa del Golfo Pérsico, en una pequeña isla iraniana, emerge el complejo Majara Residence obra de ZAV Architects. Hormuz es conocida como la isla arcoíris por la combinación de pigmentos naturales que confieren al paisaje una mezcla de colores rojos, verdes y púrpuras. Este escenario fue el elegido para un experimento arquitectónico, el proyecto Presence, que redefine la relación entre colectividad, economía y paisaje con el objetivo de regenerar social y económicamente una comunidad afectada por el tráfico ilegal de petróleo. 
Hormuz es un paso estratégico del comercio petrolero global y sufre de una economía local frágil y dependiente de actividades ilícitas. Frente a esta realidad, el proyecto se propone como alternativa la construcción de un lugar con y para la comunidad que sea, a la vez, capaz de atraer visitantes y generar ocupación estable. 

Imagen de conjunto del complejo Majara Residence en Hormuz

Imagen de conjunto del complejo Majara Residence en Hormuz

El Majara Residence combina 17 suites dedicadas a alojamiento turístico con espacios colectivos, talleres, un restaurante, una biblioteca, una tienda, una galería, una sala de oración, un centro de reciclaje, e incluye un sistema de espacios públicos de uso libre. Cada elemento resalta el vínculo entre la población local, el territorio y una forma de ecoturismo responsable que utiliza materiales autóctonos, empleo local y un diseño participativo.

Con una superficie de aproximadamente 10. 300 m², esta obra agrupa 200 cúpulas multicolores construidas con la técnica del superadobe. En 1984, esta técnica fue desarrollada por el arquitecto iraní Nader Khalili en respuesta a una convocatoria de la NASA sobre el diseño de viviendas para futuros asentamientos en la Luna y Marte. Khalili propuso usar el polvo lunar para rellenar unos tubos plásticos que se unían con velcro formando capas, y denominó este sistema constructivo superadobe.
Actualmente, este sistema ha despertado un creciente interés como técnica constructiva sostenible. Las estructuras a compresión resultantes, en forma de colmena, están compuestas por tubos rellenos de adobe que crean construcciones abovedadas. Este sistema se caracteriza por su coste reducido, la capacidad estructural sin el uso de un encofrado, el aislamiento térmico pasivo y su gran potencial para involucrar mano de obra no especializada, favoreciendo el empoderamiento de la comunidad local. Para la construcción del Majara Residence, se formaron 50 residentes que fueron contratados para levantar el conjunto, representando un 65 % del presupuesto invertido en recursos humanos, muy por encima del promedio nacional.
Vista de detalle del complejo Majara Residence en Hormuz

Vista de detalle de los espacios del complejo Majara Residence en Hormuz

Imágenes de detalle del interior y el exterior del Majara Residence

La identidad visual de Majara se construye a través del color. Las cúpulas, de formas suaves y proporciones contenidas, se pintaron con pigmentos brillantes que remiten a la geología local, sin dañar el ecosistema ni extraer tierras ricas en óxidos, creando un nuevo paisaje artificial que dialoga con el fondo natural de la isla. Desde el mar, las masas redondeadas y cromáticas se perciben como un conjunto escultórico; desde el interior, configuran una red de patios, calles curvas y espacios de sombra que prolongan la vida social.
El conjunto carece de cercas o muros perimetrales, los caminos existentes se mantuvieron sin pavimentar y la vegetación autóctona fue preservada o replantada. El resultado es una integración suave con el territorio, sin barreras físicas ni visuales. La orientación de las cúpulas, la inercia térmica del suelo, la ventilación cruzada y la gran masa de las paredes garantizan condiciones de confort sin recurrir a sistemas mecánicos.
Majara no solo hospeda si no que articula una experiencia multisensorial y cultural. La distribución de las pequeñas cúpulas conectadas favorece la escala humana, los recorridos fluidos y el descubrimiento progresivo. Los interiores, minimalistas y frescos, contrastan con la riqueza cromática exterior, generando espacios de reposo y contemplación. Las funciones públicas permiten que tanto turistas como residentes interactúen: se organizan talleres, proyecciones, ventas de productos artesanales y actividades formativas.
Imágenes de detalle del exterior del Majara Residence

Imagen de un espacio público del Majara Residence
Vista del alto del Majara Residence

En cuanto a los materiales, el protagonismo de la tierra se complementa con acabados naturales, tejidos locales y carpinterías sencillas. No hay lujo ostentoso, sino cuidado por el detalle, eficiencia constructiva y uso racional de recursos. La arquitectura no impone una visión externa, sino que se adapta a la idiosincrasia y condiciones del lugar, convirtiéndose en catalizadora de procesos sociales duraderos.
Esta obra de Zav Architects ha recibido numerosos reconocimientos internacionales. Fue elegida Building of the Year 2021 por ArchDaily, obtuvo el Golden Award en los Taipei International Design Awards y fue seleccionada para el Aga Khan Award for Architecture (2023–2025), por su capacidad de conjugar calidad espacial, justicia económica e innovación social. En todos estos galardones se valoró especialmente la dimensión participativa del proyecto y su impacto territorial positivo.
Majara Residence redefine lo que puede ser la arquitectura en contextos periféricos. No se trata de un gesto formal aislado, sino una intervención holística donde forma, función, cultura y economía convergen. El resultado es un hábitat colorido y humilde, profundamente enraizado en su geografía física y humana. Este proyecto es un manifiesto tangible de cómo la arquitectura, cuando escucha, puede ser plataforma para imaginar futuros posibles.

ZAV Architects 

Escrito por Aina Pérez i Verge 
Fotografías de Tahmineh Monzavi, Soroush Majidi, Payman Barkhordari, Deed Studio

 

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