El pabellón para el centro de observación del reno salvaje, construido en 2011 por SnØhetta, se encuentra en Hjerkinn, a las afueras del Dovrefjell National Park, en Noruega, un paraje incomparable donde se encuentran los últimos rebaños de esta especie en Europa, además de otros animales y plantas poco comunes.
Este entorno mágico para los noruegos, a 1200 m sobre el nivel del mar, lugar en el que además se basan muchas leyendas, mitos, poesías y canciones nacionales, fue el lugar escogido por la Fundación Reno Salvaje para situar el pabellón que, con sus escasos 90 m2, sirve de centro educativo a la vez que de observatorio para los senderistas y aventureros que pasean por la zona.
La idea de proyecto se basa en un contenedor de gran sencillez, un paralelepípedo de gran rigidez y frialdad en sus formas exteriores, en contraste con un interior cálido y orgánico que acoja al visitante.
Se tuvo un especial cuidado en la elección de los materiales debido a la dureza del clima noruego. Una estructura de acero corten conforma la caja que contiene el pabellón, materializando la base, los testeros y la cubierta. Un muro cortina se dispone en la fachada que ejerce de mirador hacia las montañas circundantes, permitiendo contemplar el paisaje a la vez que se crea un efecto espejo en el exterior, de modo que el edificio se desdibuja, otorgando de nuevo la importancia al entorno que refleja.
Fotografía: Hufton Crow
Por el contrario, la fachada trasera, la de acceso, es totalmente opaca, realizada con madera de pino local.
Fotografía: Hufton Crow
La madera también es el material que predomina en el interior, tratada de una forma muy natural, tallada por los constructores de barcos noruegos, consiguiendo superficies alabeadas, al igual que sucede en la fachada, que en el interior configuran un "graderío" para la contemplación del entorno, imitando las curvas de nivel del lugar, y en el exterior proporcionan zonas de descanso al aire libre.
Fotografía: Ketil Jacobsen