A-01 Architects son los artífices de unas viviendas prefabricadas sostenibles, que responden a las necesidades de vivienda en climas tropicales, con una huella de carbono nula.
El prototipo, denominado No Footprint House fue construido en 2018 en Ojochal, un pueblo de la provincia de Puntarenas, Costa Rica, en un entorno natural, en plena selva tropical.
La vivienda minimizar su impacto en el medio ambiente, situándose elevada sobre una plataforma que reduce la planta en contacto con el terreno, además de proteger de la humedad y de las salpicaduras de la lluvia.
Los espacios de servicio, núcleos húmedos, espacios de almacenamiento, etc., se sitúan en unos módulos prefabricados que se disponen en el centro de la planta.
Alrededor del cual se disponen las estancias de vida, los dormitorios, el salón, el comedor y la cocina.
Estos espacios quedan rodeados por un cerramiento estructural de 12 x 9 m en planta, compuesto por una doble piel, una estructura vertical metálica de color blanco, sobre la que contrastan unos paneles inclinados compuestos por listones de madera, fijos o basculantes, que materializan el cierre perimetral de la vivienda o a voluntad conectan sus espacios interiores con el entorno.
Esta envolvente garantiza en todo momento tanto la privacidad, como la protección solar y la ventilación cruzada que controla de forma natural la temperatura interior, apostando por los medios pasivos.
En el interior, la compartimentación de los espacios que se disponen alrededor del núcleo modular prefabricado, se realiza mediante amplias puertas correderas de vidrio, que permiten nuevamente desdibujar los límites entre unas estancias y otras.
Los acabados interiores son neutros, frescos, apostando por el blanco en los módulos opacos y en la tarima de madera en el pavimento, que aporta el toque cálido y natural, como el de la piel exterior.
La vivienda está conectada a la red pública de agua y energía de Costa Rica, abastecida con recursos renovables en su práctica totalidad. El agua se calienta sanitaria se obtiene con energía solar.
El prototipo ya consiguió reducir las emisiones de carbono un 40 % respecto a las generadas por la construcción e una vivienda convencional en Costa Rica.
Desde 2020 se comercializan tres tipologías, una de 36m, otra de 81m2 y la más grande de 108m2. La huella de carbono nula se consigue en estos nuevos modelos con una reducción del 60%, gracias al cambio de la estructura de acero por una de madera de teca laminada local, a cambios introducidos en la cadena de prefabricación y a la selección de materiales naturales, que consiguen ahorrar otro 20%, compensando el 20% restante con la producción de energía renovable.
Imágenes de Fernando Alda