El arquitecto tinerfeño desarrolla su personal lenguaje megalítico en Torún, Polonia.
Fernando Menis, solo o acompañado -en su anterior trayectoria junto a Felipe Artengo y José Mª Rodriguez Pastrana- ha gestado un idioma propio que lo distingue como arquitecto. En esta obra combina el hormigón y el ladrillo rojo triturado, en una técnica que llama “picado”.
Además de crear una imagen rugosa, el picado permite excelentes resultados acústicos, como ya pudo experimentar en el MAGMA, palacio de congresos y arte de Tenerife. Gracias a su techo dinámico, el edificio se pueden ajustar para adaptase a las necesidades acústicas de actuaciones sinfónicas, de cámara, teatro, ópera y cine.
El exterior se resuelve con hormigón muy claro, casi blanco, y deja aparecer el revestimiento interior en sus huecos, a modo de rasgaduras. La fachada reinterpreta así la tradición artesanal del ladrillo al tiempo que establece un paralelismo entre la tectónica de la ciudad y la situación estratégica de la parcela.
Desde el proyecto original con el que Fernando Menis ganó el concurso, 2008, se pretendió dotar de gran flexibilidad funcional al auditorio y que éste pudiese adaptarse a diversas necesidades. Tabiques móviles y asientos desmontables permiten que las dos salas de conciertos puedan unirse o separarse, adaptándose a las necesidades de aforo y permitiendo actos independientes de manera simultánea. Además, la caja escénica se puede abrir al parque para espectáculos al aire libre y conciertos multitudinarios.
Fotografías: Jakub Certowicz.