Este conjunto de 3 casas unifamiliares diseñadas por la oficina de arquitectura S-AR y Marisol González expresan un carácter distintivo mientras mantienen un sentido unitario
La ciudad de Monterrey, Nuevo León, ubicada al norte de México es una de las metrópolis más pobladas y polo industrial más importante del país. Gracias a su historial de desarrollo económico y a la influencia por la cercanía con los Estados Unidos en ella ha habido un crecimiento urbano que ha privilegiado la dispersión y baja densidad de habitantes con oficinas de arquitectura que combinan el lenguaje fabril con el artesanal.
En esta región, el despacho mexicano de arquitectura S-AR cuenta con un historial de obras de pequeña escala con énfasis en el cuidado de los materiales y detalles arquitectónicos sencillos pero eficientes. En el caso de las Casas SP, S-AR junto con Marisol González, emprendieron la tarea de diseñar un conjunto de 3 casas unifamiliares en un área suburbana, cada una desplantada en un terreno de aproximadamente 150 m2 y con un pequeño frente hacia la calle.
En ellas los espacios habitables se resuelven alrededor de dos núcleos de servicios e instalaciones, además de un jardín en la parte posterior. Mientras en la planta baja se ubican las áreas sociales y públicas de la casa como sala, comedor, patio, cocina y estacionamiento, en el primer y segundo nivel se encuentran la sala de TV y las habitaciones.
Cada una de las tres casas posee un carácter y materialidad distinta al exterior, lo que las distingue entre ellas y provee a sus habitantes un grado diferente de privacidad y transparencia a través de las fachadas. A pesar de ello hay aspectos compartidos como la volumetría, alturas y sistema estructural que refuerzan la idea de conjunto y ritmo.
En el interior de las casas ocurre algo parecido, pues si bien en lo particular existen cambios de nivel y diferencias en número de ventanas y grado de apertura a los jardines y áreas comunes, en general las 3 casas comparten un programa y distribución similares.
Sin embargo el manejo de materiales expuestos o recubiertos y la variedad de disposiciones de las aperturas son las que por otro lado crean espacios únicos, generosamente iluminados y claros.
Más allá de la resolución programática de las casas, uno de los planteamientos generales del proyecto es el de exaltar las cualidades materiales y compositivas de las fachadas para generar un diálogo entre ellas y con su contexto inmediato.
Bajo esa perspectiva las Casas SP pueden ser vistas también como una invitación a reflexionar sobre cómo el uso heterogéneo de tonos, texturas, superficies y transparencias sobre volúmenes abstractos pueden ser un recurso arquitectónico económico y sencillo para mitigar la monotonía y pérdida de expresividad que en ocasiones predomina en los suburbios de baja densidad.
Escrito por Daniel De León desde CIUDAD DE MÉXICO
Fotografías de Ana Cecilia Garza Villarreal + Marisol González