La capilla Hometown Moon, creada por el estudio internacional Syn Architects, no solo consigue crear un lugar idílico para las parejas que deciden casarse en un espacio original, sino que forma parte de un complejo arquitectónico que busca la conexión directa entre la naturaleza y el ser humano
Hometown Moon es parte de una estrategia creativa encargada por el Grupo Lushang en 2019 para un área de 55 kilómetros cuadrados al norte de la ciudad de Tai’an, en el espectacular paisaje que rodea al Monte Tai en China. Un proyecto destinado a alentar a los visitantes a explorar el paisaje natural y conectar mejor las aldeas locales.
La capilla, diseñada por el estudio de arquitectura euroasiático Syn Architects, está construida sobre un terreno rocoso y se accede a través de una ruta entre montañas. El salón, que se utiliza para albergar bodas, se encuentra al final de un camino rodeado por la espectacular vegetación natural de la zona. Una edificación que completa y complementa el proyecto previamente ejecutado por la firma Gad Line + Studio.
Diseñado para dialogar con el resto de estructuras del complejo, los edificios ofrecen al visitante, después de cruzar una montaña, un río y explorar el entresijo de senderos, un magnífico espectáculo visual en el que la suavidad de las líneas geométricas y la pureza del color blanco se sobreponen al telón de fondo vegetal.
El edificio de la capilla se compone por una gran estructura de hormigón, en la que una gran marquesina exterior cubierta por agua es sostenida por columnas colocadas en profundos recortes, los cuales son retroiluminados durante las horas nocturnas. El efecto luna es creado por una forma semiesférica que atraviesa el plano de la edificación, emergiendo hacia arriba como una ventana iluminada, mientras hace rebotar la luz hacia abajo creando una dramática bola de luz en la sala ceremonial.
Una escalera de caracol hace las funciones de elemento de comunicación entre la plataforma de observación de hormigón y el interior de la sala de eventos.
En el interior, el gran salón alberga sobre su pavimento rocas cubiertas de musgo que evocan las montañas circundantes, un paisaje que se refleja sobre el techo revestido por espejos de sinuosa textura que recuerda a la superficie de un lago en calma, un elemento que, al mismo tiempo, ayuda a amplificar y disipar la luz natural en el espacio.
Según expone el equipo de arquitectos, la pared curva de la luna forma una cavidad de eco natural, como un símbolo funcional que amplifica la promesa entre amantes, transmitiendo sus votos al Mundo. Sin duda, un proyecto arquitectónico que destaca por una belleza basada en la simplicidad y el simbolismo.