La Casa del Bosque es el resultado de la consciencia plena de implantarse en medio de la vegetación. Es el diálogo continuo del interior y el exterior que genera una experiencia para el que la habita de una plena unión con el bosque, una catarsis para el alma
En medio del bosque de Medellín, en el año 2018, ALH Taller y el taller de arquitectura 5 Sólidos construyen en medio de la espesura de la vegetación y las imponentes tonalidades verdes y cafés propias del ecosistema, una vivienda: La Casa del Bosque.
El proyecto residencial contrasta con su entorno por la ligereza de su piel, y aunque consta de una cubierta a dos aguas que resalta por su densidad, ésta se camufla perfectamente por su materialidad. Las dos grandes franjas de madera que se ven en las fachadas laterales marcan una importante horizontalidad, pero a su vez, dialogan con el exterior y generan en su interior una altura imponente.
Al ingresar a la casa el usuario está en un diálogo constante con el exterior. Tan importante es la experiencia inmersiva para los diseñadores, que generan ventanas corredizas que permiten una conexión total con la naturaleza, convirtiendo las zonas comunes de la casa en un porche abierto lleno de sensaciones. Las áreas privadas cuentan con diferentes muros en ladrillo, pero debido a que ninguno de ellos llega al techo, la sensación general de la atmósfera es de apertura, donde la ventilación y la luz natural es una constante.
Las zonas sociales son totalmente conectadas entre ellas y con el entorno, ampliando el espacio hasta la anchura del bosque. El muro negro posterior de la cocina abierta es el que separa las áreas más privadas y divide la planta arquitectónica y la composición de la pieza en dos.
En general, los materiales son en tonalidades rojizas, donde resaltan los muros negros internos y la madera blanca de la cocina. Las pieles son completamente honestas, los acabados se exponen de forma natural: sin pulir y sin protección, dándole la oportunidad a los objetos de mostrar sus cicatrices con el tiempo y tener marcado en ellos el paso del tiempo y su uso; acto casi poético y empático con su entorno, completamente fuerte y vulnerable a la vez.
La Casa del Bosque es el resultado de la consciencia plena de implantarse en medio de la vegetación. Es el diálogo continuo del interior y el exterior, en donde la calidez de los materiales naturales y algunos industriales, pero en ambos casos honestos, junto con la constante conexión con el entorno hacen de la experiencia de habitarla una plena unión con el bosque, una catarsis para el alma.
Escrito por María Carla Flórez Jiménez desde BOGOTÁ D.C.
Fotografías de Mateo Soto