La construcción de la capilla de la Reconciliación de Berlín, proyecto de 1996 de Reitermann y Sassenroth, con la colaboración de Martin Rauch durante su ejecución, implicó la superación de un traumático episodio histórico, rememorando el patrimonio perdido.
La antigua iglesia de la Reconciliación se ubicaba en el encuentro de Bernauer Strasse con Hussitenstrasse. Se trataba de una iglesia de estilo neogótico, ejecutada con fábrica de ladrillo, según el diseño del arquitecto Gotthilf Ludwig Möckel. La parroquia la conformaban un gran número de trabajadores de ese distrito industrial. Fue consagrada por la emperatriz Augusta Victoria de Schleswig-Holstein, esposa del Kaiser Guillermo II, en 1894.
Aunque de generosas proporciones, no era una edificación que sobresaliera de otras iglesias de características similares construidas en Berlín. Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió daños leves a causa de los bombardeos, y fue rápidamente restaurada, restableciéndose sus funciones.
Iglesia de la Reconciliación, Berlín. Gotthilf Ludwig Möckel. Imagen: Stadtmuseum Berlin
Tras la división de Berlín en 1945, la iglesia quedó dentro del Sector Soviético, aunque una gran parte de sus feligreses quedaron adscritos al Sector Francés. La tensión generada durante la Guerra Fría motivó la construcción del Muro de Berlín en 1961, cuyo trazado discurría precisamente por los terrenos donde se levantaba la iglesia de la Reconciliación.
Al construir el muro exterior delante del templo y el muro interior detrás del mismo, la iglesia quedó atrapada en la franja intermedia, denominada como “franja de la muerte”. En las edificaciones próximas fueron, en un primer momento, tapiadas las puertas y ventanas que abrían hacia ese lugar. Posteriormente, los edificios fueron evacuados para ser, finalmente, demolidos. A partir de ese momento, la iglesia de la Reconciliación quedó aislada en tierra de nadie, accesible, únicamente, por los guardias fronterizos que custodiaban el Muro.
Trazado del Muro de Berlín junto a la iglesia de la Reconciliación. Gotthilf Ludwig Möckel
Muro de Berlín junto a la iglesia de la Reconciliación. Gotthilf Ludwig Möckel. Imagen: DPA
La parroquia se trasladó a una construcción temporal, de carácter neutro, sin connotaciones religiosas, proyectada por los arquitectos Harald Franke y Horst Haselhoff, que fue inaugurada en 1965. La figura aislada de la antigua iglesia se fue convirtiendo, poco a poco, en símbolo del aislamiento y la división, la ruptura de Alemania y la fractura de Europa.
Con la excusa de aumentar la seguridad, el orden y la limpieza de la frontera con el Berlín Occidental, el gobierno de la República Democrática Alemana propuso la demolición del edificio. La nave de la iglesia se demolió el 22 de enero de 1985. Unos días después, el 28 de enero se demolía el campanario. Esta destrucción patrimonial no pasó desapercibida, y sus imágenes se difundieron por todo el mundo.
Momento de la demolición de la iglesia de la Reconciliación. Imagen: DPA
La eliminación del edificio no pudo con la supresión del símbolo que había generado, agravando en las conciencias de los ciudadanos de Alemania Oriental su impotencia ante la opresión del régimen. Las protestas de la parroquia se manifestaron en una danza simbólica de la bailarina Paula Loeffler, y en un servicio religioso del pastor Manfred Fischer transmitido con megáfono incluso al otro lado del Muro. En su discurso pronunció una frase que se ha vuelto mítica: “los símbolos tienen un poder silencioso que puede hacer posible lo imposible”.
Fue una premonición. La caída del Muro de Berlín inició, en 1989, la reunificación de Alemania. El tramo de Bernauer Strasse empezó a demolerse el 13 de junio de 1990, liberando el terreno donde se había alzado la iglesia de la Reconciliación, que pasaría a la parroquia para que fuera nuevamente destinado a usos religiosos.
En 1996, el concurso convocado para la construcción de una capilla en el lugar que ocupaba la antigua iglesia, lo ganaron los arquitectos Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth, que habían montado un estudio conjunto el año anterior. Esta asociación funcionó hasta el año 2015 en que se separaron. La nueva capilla de la Reconciliación fue inaugurada el 9 de noviembre del 2000.
Maqueta de la capilla de la Reconciliación. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Stadtmuseum Berlin
Maqueta de la capilla de la Reconciliación. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Stadtmuseum Berlin
La edificación se resuelve a partir de una suave curva, dando como resultado un cuerpo de forma variable con un ancho que oscila entre los 10 y los 14 metros. La intervención se compone de dos partes diferenciadas. Por una lado, la gran plaza de acceso donde se delinea la forma de la iglesia original, marcando su contorno sobre el pavimento. En el lateral se han dispuesto las antiguas campanas dentro de un entramado de madera.
Planta de la capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Reitermann & Sassenroth Architekten
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Reitermann & Sassenroth Architekten
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Philipp Eder
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Philipp Eder
Y, por otro lado, la capilla propiamente dicha, que ocupa sólo una pequeña parte de la planta primitiva. Su volumen se conforma como la unión de dos espacios de carácter completamente opuesto. Una zona de transición entre el espacio exterior y el interior de la capilla, un espacio ambiguo, a cubierto pero abierto, puesto que se delimita por una piel de listones de madera que permiten introducir la luz y el aire a su través; y, finalmente, la capilla en sí, el espacio de oración y ceremonias.
La imagen exterior es unitaria y continua, marcada por el ritmo generado por los listones de madera y sus separaciones, mostrando estrechas franjas de luz y sombra. El carácter de la pieza es neutro y, únicamente, la insinuación del dibujo de una cruz nos informa del carácter religioso del espacio al que se penetra.
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Piotr Krajewski
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Klaus-Reiner Klebe
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Christian Jungeblodt
Al traspasar la piel de madera, el visitante accede a un espacio estrecho que fluye alrededor del cuerpo central del oratorio. Su carácter permeable se ve dominado por la luz y las sombras arrojadas. Se configura como un espacio acotado, como límite y umbral hacia el interior de la capilla.
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Lorenz Lubos
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Klaus-Reiner Klebe
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Philip Gunkel
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Piotr Krajewski
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Klaus-Reiner Klebe
El corazón de la capilla, como un relicario, se conforma como una pieza cerrada, de formas curvas, pero descentrada del perímetro que la envuelve. El muro de gran espesor que delimita el espacio muestra su potencia con un alzado cerrado, sin vanos ni perforaciones más allá del acceso y la apertura para acoger los restos del altar conservado.
El oratorio se define como un espacio desnudo y sobrio, sólo decorado por un rotundo altar prismático. Su posición se remarca en un sutil rehundido y cambio en el pavimento. La sala queda iluminada por un lucernario abierto en la cubierta de madera. Su planta cuadrada contrasta con las líneas curvas que han dominado todo el trazado del proyecto, remarcando el carácter ortogonal de las aperturas efectuadas al volumen.
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Florian Monheim
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Bruno Klomfar
Aunque en un primer momento, los arquitectos pensaron en recurrir al hormigón y al vidrio para la materialidad de la capilla, la parroquia rechazó esta opción. La solución definitiva emplea la madera como material clave para la percepción exterior y la tierra apisonada para ejecutar el muro interior que encierra el oratorio.
Para su ejecución se contó con la ayuda del arquitecto austriaco, experto en tapial, Martin Rauch. Se estudiaron los tipos de suelos del entorno para la elección del material, incluyéndose los restos de los ladrillos de la iglesia original, conseguidos a partir de los escombros. La tierra, aplicada en tongadas horizontales, muestra gradaciones y cambios muy sutiles de color, y confiere una atmósfera de atemporalidad, modestia, firmeza, tranquilidad y reclusión. Junto a la tierra, la madera sin tratar de techos y revestimiento exterior, transmiten un aire de resistencia y perseverancia, eludiendo la tragedia.
Capilla de la Reconciliación en construcción. Ejecución: Martin Rauch. Imagen: bauhandwerk.de
La actuación se completa con referencias al antiguo Muro de Berlín, al camino de vigilancia por la “franja de la muerte” o la concreción del espacio de la antigua iglesia de la Reconciliación. El proyecto supone la superación de un nefasto capítulo de la Historia, el símbolo que, como una cicatriz, cura las heridas, pero conserva su imborrable huella.
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Philipp Eder
Capilla de la Reconciliación, Berlín. Rudolf Reitermann y Peter Sassenroth. Imagen: Hakon Albers
http://www.kapelle-versoehnung.de/
Deseo conocer el significado del Cristo que se esta bajando de la cruz. Que es lo que expresa el autor de la escultura.
Atte. Delio
Qué lástima que no reconstruyeron el edificio original. Esa planta de energía nuclear que hace de templo nuevo es horrible, de mal gusto sacral y deprimente! Ojalá que no falte mucho para que la derriben y hagan un lugar de culto espiritual en vez de un sorongo de madera. O bien alguna viejecita bien intencionada prenda una velita y se olvide de apagarla!
Saludos