Vamos a conocer mejor una impresionante propuesta de instalación fotovoltaica que podría representar un avance tremendo en la tecnología de transporte por carretera. Las carreteras del futuro próximo podrían abandonar el asfalto a favor de paneles que captaran la energía solar. Es una idea tan buena que se viene estudiando desde hace décadas, veamos las últimas aplicaciones.
La propuesta viene desde Estados Unidos, se llama “Solar Roadway” y se debe, principalmente, a Julie y Scott Brusaw, una pareja de ingenieros que proponen una “loseta fotovoltaica” en forma hexagonal que se fabrica con el mayor contenido posible de materiales sostenibles.
Su capa superior está hecha con vidrio reciclado, que es resistente al paso de camiones pesados y con una textura que garantiza el agarre de personas y vehículos.
A esta loseta se puede añadir una tecnología LED que ayudaría mucho la señalización horizontal de las carreteras, pudiéndose emplear para marcar los márgenes, los pasos peatonales o para transmitir mensajes luminosos según las condiciones de seguridad del momento. El empleo en horas nocturnas da resultados espectaculares. Las losetas permiten también un drenaje fantástico dejando filtrar sin problemas las aguas de lluvia. La energía solar captada se puede acumular y trasladar, en forma de electricidad, para uso domestico e industrial, o se puede emplear para calentar la propia superficie rodada durante los meses fríos manteniendo las vías libres de hielo y nieve.
Los Brusaw aplicaron esta tecnología al garaje de su casa con muy buenos resultados aunque con un coste demasiado elevado (10.000$ cada 7 hexágonos).
Los costes actuales se verían notablemente abaratados por una producción industrial en serie.
Los paneles solares diseñados por los Brusaw se componen de tres cubiertas.
La primera contiene las células fotovoltaicas, luces con tecnología LED y calefacción.
La segunda contiene microprocesadores para controlar y activar las luces y los sistemas, también tendrá un sistema de control para evitar posibles intentos de robo de los paneles.
La tercera capa distribuye la energía producida que podría destinarse a la carga de los coches eléctricos.
Se ha calculado que un kilómetro de esta carretera, con dos carriles en cada sentido, necesitaría unos 1.100 paneles fotovoltaicos y produciría diariamente unos 8,32 megavatios hora, energía suficiente para cubrir las necesidades de unos 250 hogares. Las placas solares recibirían una media de 4 horas de luz solar al día y funcionarían a un 15% de eficiencia, llegando incluso al 18,5% en algunos momentos.
El problema actualmente está en el presupuesto necesario para sustituir una carretera asfaltada con una de paneles, pero sus diseñadores calculan que el coste de instalación se amortizaría en 20 años. A este cálculo habría que añadir todos los beneficios medioambientales y las mejoras de la seguridad, con probable reducción de accidentes. También se estudia poder explotar comercialmente la superficie con la posibilidad de poner anuncios en grandes aparcamientos comerciales o zonas de ocio.
La zanja de control de las losetas, que corre paralela a la vía, podría además albergar todo el cableado actualmente colgado, limpiando visualmente las carreteras, facilitando el mantenimiento y abaratando costes de instalación.
Finalmente parece una tecnología con muchas ventajas y, desde luego, sostenible.
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ritengo questa soluzione ecologica molto interessante