Proyectando según dicta la naturaleza, basándose en lo funcional y esencial para la supervivencia nace este magnífico proyecto de vivienda en medio del desierto de Arizona.
Localizada en el desierto del Valle de San Rafael, Arizona, 130 km al sur de la ciudad de Tucson, rodeada de aridez y polvo se encuentra la Casa Caldera como un objeto único rodeado por el vasto paisaje. Un proyecto inmerso en la historia y cultura de la región llevado a cabo por el estudio de arquitectura estadounidense DUST, un diseño donde el respeto por la localización y la esencialidad de la naturaleza forman parte de su punto de partida.
La biodiversidad de la región forma parte de los eslabones de una cadena que conectan con el extremo norte de la Sierra madre en México, y son esenciales en la historia de la vida en la región en forma de refugio y base para fauna y flora adaptada a las condiciones desérticas de la zona de geología volcánica que ha ido conformando el increíble paisaje durante miles de años.
Un contexto que marca las pautas del desarrollo del proyecto Casa Caldera como un pequeño refugio aislado y adaptado a las condiciones climáticas, a la naturaleza que lo envuelve y al entorno socio-económico del lugar, cada uno ponderado de forma diferente según su grado de relevancia.
El material principal de la estructura es cemento a base de Lava Creta, un material elegido en la comunidad arquitectónica de la región por su facilidad de mimetizarse con el paisaje. Visto por los lugareños como un nuevo material vernáculo, este material está compuesto por arcilla roja, roca de lava pulverizada, cemento y agua, una mezcla que forma un material viscoso que se utiliza encofrado de forma similar a la tierra apisonada.
La estructura de la vivienda se divide en dos zonas principales, una zona diurna donde se encuentra la cocina, el comedor y el salón en un espacio diáfano, y una segunda zona nocturna separada de la anterior por un zaguán que recorre todo el largo de la edificación, donde encontramos dos habitaciones y un baño completo.
Como vivienda totalmente aislada e independiente, para los meses de invierno, las únicas fuentes de calor de las que dispone son la estufa de leña y la chimenea, en cambio, para los meses de calor, se logra un enfriamiento mediante el recorrido del flujo natural de viento gracias a la orientación del zaguán y ventanas, además de contar con amplios muros de 45cm de espesor que procuran una adecuada compensación térmica entre interior y exterior. Un pozo existente abastece de agua a la casa, y para proveer de energía eléctrica necesaria para la vivienda se cuenta con un pequeño sistema de paneles solares, ya que la iluminación usada es mínima y es a bajo voltaje LED. En cuanto a los electrodomésticos de la cocina, termo de agua y refrigeración están todos alimentados por gas propano.
Un proyecto basado en lo esencial, en la funcionalidad y minimalismo sobre todas las cosas, tanto desde el punto de vista de diseño lineal y elección de materiales del proyecto como en la falta de aderezos y espacios innecesarios.