Casa en los Olivos, proyectada por Balzar arquitectos, constituye una casa-patio que se conforma en torno a un campo de olivos integrándose con el territorio y la cultura mediterránea y conjugando recursos, conexiones y miradas en una experiencia singular y única
La Casa en los Olivos refleja la fusión entre entorno, cliente y arquitectura. Ubicada en Quesa, Valencia, donde los propietarios habían pasado varios veranos durante su infancia. Acercándose a recordar el pueblo volvieron a conectar con las personas y su entorno, empezando la historia de la casa.
Vista de la casa desde el olivar
La parcela se ubica en las afueras del núcleo urbano, en un campo lleno de olivos, y hace de eslabón entre lo construido y lo rural. Esto se convirtió en una gran oportunidad de proyecto.
Conexiones y miradas
La vivienda se integra completamente con su entorno a través de varios recursos arquitectónicos. El primero trata de tres patios que miran al cielo, a los olivos y al mismo tiempo otorgan privacidad. El segundo se basa en un amplio porche, característico de la cultura mediterránea de clima cálido donde se asienta, que protege del calor del oeste y funciona como elemento de transición entre interior y exterior. El tercero constituye una amplia plataforma longitudinal con piscina que se extiende entre la retícula del campo de olivos y cuenta con unas espectaculares vistas al atardecer.
Transiciones
Entre estos recursos destacan también los grandes ventanales que conectan el acceso, jardín y patios con todos los espacios interiores de la casa, constituyendo un elemento de nexo y comunicación entre los mismos.
Arquitectura y agua
Detalle de la piscina exterior
Destaca que todos los espacios interiores conectan visualmente con el campo de olivos. Se generan visuales, conexiones y juegos de luz y sombra mágicos con el olivar como protagonista. Esta conexión es distinta en cada estancia dependiendo de si se trata de espacio de día y de noche, produciéndose una experiencia única en el entendimiento de cada espacio.
Vista desde el dormitorio
El agua constituye un elemento con gran presencia en el proyecto, destacando la piscina exterior. Esta se introduce en el porche y se extiende a través del campo de olivos, conectándolo visualmente con la casa.
Patios que miran al cielo
Materiales, colores y texturas son también elementos singulares de la casa. Predominan tonos terracota en suelo y fachada que buscan mimetizarse con el territorio de su entorno. Por otro lado, mármoles exóticos como el travertino iraní, el latón y la carpintería verde olivo contrastan y llenan cada espacio de una atmosfera especial y única.
Vista desde el baño
Para su construcción se empleó el sistema “Steel Frame”, un sistema innovador inspirado en el sistema constructivo tan utilizado en Estados Unidos “Ballon Frame”, que permite construir a mayor velocidad y con mayor limpieza. La estructura de acero galvanizado funciona al mismo tiempo como estructura portante y define la fachada y particiones interiores. Todo ello se complementa con una cercha metálica de gran luz en el espacio de día.
Visuales desde la cocina
Por último, la eficiencia energética fue primordial a la hora de diseñar y concebir el proyecto. La casa cumple con los estándares “Passivhaus” y tiene un consumo mínimo de energía. Esto se logra mediante elementos como ventanas de altas prestaciones, adecuada ventilación y aislamiento, hermeticidad y la reducción de puentes térmicos en el diseño.
Materialidad y textura
Balzar arquitectos
Fotografías de David Zarzoso