La Casa Gjøvik es una vivienda unifamiliar creada por Linda Korndal, arquitecta principal de Norm Architects, situada en un paraje natural al norte de Oslo, frente a los bosques que rodean el lago Mjøsa, integrándose armoniosamente con el entorno.
La residencia, de 155 m2, está compuesta por 6 cubos interconectados que le permiten adaptarse al terreno en ladera y aprovechar al máximo las espectaculares vistas del lugar.
Se trata de una vivienda íntima y familiar, a la vez que flexible y dinámica, gracias a la planta abierta, con las estancias dispuestas en cada de uno de los cubos interconectadas entre sí, fluyendo los espacios de unos a otros, delimitados principalmente por los cambios de nivel en el pavimento.
El acceso principal se sitúa en un entrante creado por la disposición de tres de los cubos, un pequeño pasillo exterior, estrecho y protegido lateralmente, que comunica con el interior de la vivienda.
La cocina ocupa una posición central, convirtiéndose en el corazón de la distribución en planta, disfrutando de una gran cantidad de luz natural procedente de ventanales de corte vertical situados en ambos entremos, que barren la totalidad de la altura de suelo a techo, proporcionando vistas del exterior en ambas direcciones.
Alrededor de ella se disponen el resto de estancias, combinando espacios más íntimos y recogidos, con áreas más amplias y luminosas, donde se desarrolla la vida familiar. Entre ellas encontramos el salón, el cuarto de servicio, el baño y el dormitorio, disfrutando en todos los casos de grandes ventanales que enmarcan las vistas del entorno.
La materialidad escogida para el cerramiento responde perfectamente a las condiciones climáticas del lugar, mostrando un máximo respeto por el entorno, armonizando con él, confundiéndose con él. La envolvente se resuelve con finos tableros de Kebony dispuestos en sentido vertical. Se trata de una revolucionaria tecnología que modifica las maderas blandas, sometiéndolas a un calentamiento con alcohol furfurílico, un subproducto agrícola, que polimeriza la pared celular de la madera, otorgándole propiedades comparables a las de las especies tropicales, incluyendo alta durabilidad, resistencia al desgaste y a la intemperie, dureza y estabilidad dimensional, todo ello de forma natural, sostenible y duradera.
Además, el envejecimiento del material le otorga una pátina de color gris plateado, que le permitirá mimetizarse con la naturaleza boscosa circundante.
En el interior, los acabados y el mobiliario consiguen crear un ambiente cálido y minimalista, adecuando la vivienda como un perfecto refugio para el invierno nórdico. Los paramentos interiores tienen tonalidades gris claro o blanco, o están panelados con finas chapas de madera clara, que en muchos casos presenta una continuidad material con el acabado del pavimento e incluso del mobiliario.
El tratamiento de los pavimentos colabora en la definición del límite de los espacios, combinando acabados mates y pulidos entre unas estancias y otras, como es el caso del salón, pulido, y el comedor, mate.
Los muebles, hechos a medida, presentan texturas y colores que armonizan con la estética de los acabados interiores, creando un ambiente cálido y acogedor.
Imágenes: https://normcph.com/project/gjovik/