En el arte de la arquitectura se pueden encontrar un sinfín de edificaciones que toman como referente grandes obras y terminan siendo malas copias. Sin embargo, grandes clásicos han servido de musas para la creación de otras piezas dignas de ser admiradas: un ejemplo de ello es la Casa MM diseñada por Gerardo Mejía y Camilo Mejía, inspirada en la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright
Inspirada en la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright -construida en 1937, ubicada en Pennsylvania, Estados Unidos- Gerardo Mejía y Camilo Mejía diseñan una casa familiar que se localiza en las Palmas, en la cima de la montaña oriental antioqueña, con vista hacia la ciudad de Medellín.
La piedra y el concreto son las principales pieles de la edificación. La piedra prevalece en el primer nivel donde dos grandes muros son el detonante de diseño, mientras que en el segundo, dos imponentes placas de concreto envueltas en piedra blanca anidan grandes ventanales y muros revestidos en persianas de madera, evocando a su musa, casa en la cual las imponentes placas sobresalen de la piedra generando terrazas, cubiertas y enmarcando el paisaje de forma lineal.
La planta baja sirve de plataforma para el segundo piso, el cual parece una pieza sobrepuesta sobre una pesada base -en su mayoría cerrada en tres fachadas-. Los dos grandes muros de piedra del primer piso permiten el ingreso peatonal hacia un interior totalmente contrastante, pues la fachada posterior se abre completamente hacia el paisaje, generando zonas sociales iluminadas y relacionadas con el entorno.
En este mismo nivel predomina la sala, el comedor y la cocina -parcialmente separada por un muro que contiene la cava y almacenaje-. Los dos primeros espacios pueden prolongarse y convertirse con el paisaje en un espacio holístico por medio de puertas ventanas corredizas. El gran muro de la derecha alberga el gimnasio, el garaje y las zonas de servicios. El de la izquierda, por su parte, es el lugar donde el usuario puede interactuar con la naturaleza por medio de un jardín.
Para ascender a la segunda planta se utiliza una escalera metálica con peldaños de sapán, la cual viene acompañada por la imponente vista del jardín interno. El contraste entre el verde y la rigidez del acero hace de cada recorrido una experiencia llena de sensaciones. Subiendo, la persona se encuentra con una biblioteca en la base de la ventana del corredor que llega hasta el family room.
El segundo nivel sirve de alero protegiendo el gran ventanal del primer piso, asegurando el confort al interior de la casa. Las otras áreas privadas se encuentran en esta planta, en donde las persianas de madera garantizan la privacidad de ciertos espacios, pero a la vez, la relación de éstos con su entorno.
La Casa MM es un ejemplo de que los clásicos arquitectónicos además de llenar el alma de sensaciones por medio de experiencias sirven de referentes para crear otras obras maestras, con conceptos similares, no copias -malas copias-. Los contrastes y la horizontalidad que busca capturar la naturaleza circundante son dos lineamientos que han culminado en dos casas con alma propia que evocan admiración.
Escrito por María Carla Flórez Jiménez desde BOGOTÁ D.C.
Fotografías de Carlos Tobón