La reconstrucción de una casa como oportunidad para cuestionar la relación con el paisaje
La historia de la Casa Rosario empieza el 17 de Septiembre del 2017 cuando un terremoto afectó la región centro y sur de México, en particular los pueblos y ciudades vulnerables a desastres naturales y con importantes rezagos sociales.
Como parte de las medidas tomadas desde el gremio de la arquitectura, se convocó a la comunidad a formar parte un movimiento que atendiera a las comunidades más afectadas. Su objetivo fue la reconstrucción de vivienda, infraestructura básica y espacios públicos sin buscar con ello imponer una visión externa y con respeto a las tradiciones locales.
A casi 3 años del evento, la Casa Rosario es uno de los ejemplos de reconstrucción en la que participaron despachos de arquitectura y miembros de la pequeña comunidad de Ocuilán, ubicada a 2 horas de la Ciudad de México. En este caso las oficinas Dosa Studio y Rojkind Arquitectos fueron quienes aceptaron el encargo de rediseñar la casa para una familia dedicada al cultivo de plantas.
Tomando como base la casa original y las características del entorno rural de la región, los arquitectos decidieron preservar un esquema donde las habitaciones poseen un volumen propio y su vinculación se da a través de un espacio abierto. Esta estrategia permite al mismo tiempo aumentar su resistencia estructural y caracterizar las habitaciones a partir de sus diferentes dimensiones y grados de apertura, además de garantizar una buena iluminación y ventilación.
El conjunto se compone de 4 prismas habitables que a partir de su desfase generan un espacio intermedio el cual es aprovechado para generar un patio, circulaciones y/o espacio común al aire libre.
Por medio de la disposición de las habitaciones, se evade el pensar la casa como un recinto único con centro y fronteras. Más bien se le concibe como el resultado de una sociedad de estancias que producen un patio con límites y usos abiertos en espera de que tanto la familia como el entorno se apropien de él. Es este espacio ambiguo el que con el paso del tiempo dará un carácter siempre cambiante e imprevisible a la casa.
Con ello, la reconstrucción de la Casa Rosario supone no sólo una oportunidad para recuperar una obra y con ello la vida de una familia. Se trata también de un pequeño ejercicio de experimentación y cuestionamiento sobre la manera en que se concibe el interior de una casa en relación con el exterior y entorno.
De esta manera la obra no niega su pasado, sino que reconoce el paisaje montañoso que al igual que el terremoto, tiene el mismo origen tectónico.
Dosa Studio y Rojkind Arquitectos
Fotografías de Oscar Hernández y Zaickz Moz