La Casa Yutorie Atami, obra y propiedad del diseñador de interiores Naoshi Kondo, plasma en su ejecución un nuevo punto de vista de un proyecto de renovación. La obra realizada deja ver el sentido del humor único y vanguardista por el que el diseñador es conocido
El proyecto Casa Yutorie Atami se encuentra en la localidad de Atami, prefectura de Shizuoka (Japón). Una obra que encarna la actitud creativa de su diseñador Naoshi Kondo, diseñador de interiores activo en múltiples campos dentro del mundo del diseño.
Kondo aprovecha esta obra para cuestionar los estándares de diseño de los proyectos de rehabilitación, que se consideran un medio para conservar de la mejor manera posible los materiales y estructuras originales. La identidad de la Casa Yutorie se establece a través de rastros espontáneos y decisiones intuitivas, algo que no podría realizarse dentro de la lógica estructural o la consideración de las necesidades comunes de un proyecto cualquiera.
La casa principal de madera, la cual consta de una planta, se construyó en la década de los 50 como una segunda casa para el suegro de Kondo. Una a vivienda con un baño de aguas termales naturales y un espacio de estudio de arte. La edificación estuvo abandonada hasta que la construcción del proyecto comenzó a principios de 2021. Además del edificio principal, encontramos también dentro del proyecto un anexo de dos plantas, una edificación que se utilizó en el pasado como residencia, y se encuentra frente a una pendiente pronunciada. Después de la renovación, el primer edificio se convirtió en un espacio de estudio con una habitación para huéspedes, y el segundo en un albergue con tres habitaciones con capacidad para seis personas, además de un espacio de cafetería en la segunda planta.
Lo primero que salta a la vista es una casa de madera de estilo tradicional en medio de un patio lleno de piedras frente al anexo, un edificio medio enterrado bajo una gran masa de hormigón. Al empezar la obra, a Kondo se le ocurrió la idea ilógica de llenar la casa con mortero. Eventualmente, todos los muros de la fachada de la casa de madera fueron enterrados dentro de un gran bloque de mortero de 100 centímetros de ancho. Desde el interior, la masa de hormigón recorre el perímetro de la vivienda y deja que el huésped encuentre su función o cómo poder interactuar con ella. Kondo consigue con esta decisión, no solo aportar una identidad única al espacio, sino contraponer directamente dos tiempos que hoy se encuentran y relatan una historia de tradición, crecimiento y evolución.
Como contraposición a la estructura original, encontramos un interior moderno, repleto de detalles decorativos funcionales, un espacio superior rico en tradición, y una zona baja minimalista y práctica.
A diferencia de los albergues habituales, las habitaciones de la Casa Yutorie Atami son semilujosas. Los estantes empotrados, cabeceros de cama, piezas de apertura y muebles son elementos de forma redonda que rara vez se ven en las antiguas viviendas japonesas; de la misma manera, los detalles metálicos color oro no cumplen con las expectativas que el exterior nos ofrece.
En definitiva, el contraste entre lo antiguo y lo nuevo, los diferentes materiales y su disposición, se adapta al espacio a través de una idea bidimensional de cortar, pegar y estratificar, resultando en un espacio inspirador.
Fotografía de Yujiro Ichioka