GRANDES MAESTROS

Construir un hito: el Ayuntamiento de Toronto, de Viljo Revell

El arquitecto finlandés Viljo Revell se alzó, en 1958, ganador del concurso para el Ayuntamiento de Toronto, gracias a un innovador proyecto con torres de formas curvilíneas.

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El arquitecto finlandés Viljo Revell se alzó, en 1958, ganador del concurso para el Ayuntamiento de Toronto, gracias a un innovador proyecto con torres de formas curvilíneas.


En 1955, el Ayuntamiento de Toronto encargó la nueva sede del consistorio y despachos municipales a un equipo de estudios canadienses formado por Marani & Morris, Mathers & Haldenby y Shore & Moffat. La propuesta, de carácter conservador, fue duramente criticada por la prensa, lo que motivó su rechazo y la decisión de convocar un concurso internacional.




Fotografía de City of Toronto Archives



En septiembre de 1957 se publicaron las bases para la competición, que consistía en el trazado de una nueva plaza cívica y el diseño del nuevo edificio del Ayuntamiento, en una parcela de 5 ha. La fecha límite de recepción de propuestas se fijó el 18 de abril de 1958.




Fotografía de City of Toronto Archives



En su momento calificado como el mayor concurso de arquitectura jamás organizado, se recibieron 510 propuestas procedentes de 42 países, de las que se seleccionaron ocho finalistas. Entre los seleccionados se encontraban arquitectos como los daneses Haldo Gunnlogsson y Jorn Nielsen, el australiano John Andrews, el norteamericano William B. Hayward, o un equipo liderado por I. M. Pei.






Fotografías de Panda Associates/City of Toronto Archives



La propuesta ganadora fue elaborada por el arquitecto finlandés Viljo Revell (1910–1964), y fue desarrollada en colaboración con Seppo Valjus (1928-2014), Bengt Lundsten (n. 1928) y Heikki Castren (1929-1980).








Fotografías de Panda Associates/City of Toronto Archives



Frente a la mayoría de propuestas seleccionadas, que habían recurrido a una forma más o menos cúbica o prismática, entre cuatro y ocho plantas, desarrolladas alrededor de un patio, el proyecto de Revell utilizaba dos contundentes torres asimétricas de trazado curvo para alojar las oficinas.











Fotografías de Paul Arthur/Toronto Public Library



Ambas torres parecen abrazar la gran sala del consistorio, un organismo cupulado de planta circular y sección lenticular. La volumetría de las oficinas puede ser entendida como pantallas de protección de la sala y, a la vez, como un contenedor abriéndose para mostrar la pieza más valiosa del conjunto, materializada como una perla.










Fotografías de Paul Arthur/Toronto Public Library



Las tres edificaciones se levantan del nivel de la plaza mediante un basamento continuo y unitario, abierto y accesible desde el espacio público. Una gran rampa curva posibilita el acceso a la cubierta de esa pieza, conduciendo hasta el corazón de la edificación: la sala del consistorio.




Fotografía de C. Hanchey






Fotografías de Chimay Bleue



Las torres de oficinas se muestran cerradas hacia el exterior, mediante un cerramiento estriado de hormigón, mientras que, hacia el interior, presentan su frente casi completamente acristalado.




Fotografía de Jérôme Decq








Fotografías de Thomas Hawk



La intervención se completó con el diseño de una plaza cívica, actualmente conocida por el nombre del entonces alcalde de Toronto Nathan Phillips. En ella se ubicó una escultura de Henry Moore (The Archer) y se dispuso de un estanque sobrevolado por tres grandes arcos de hormigón.




Fotografía de Wladyslaw





Fotografía de City of Toronto




Fotografía de Paolo Costa Baldi



Para la ejecución de las obras, Viljo Revell se asoció con el estudio canadiense John B. Parkin Associates, que concluyó el edificio tras su muerte.






Fotografías de Panda Associates/City of Toronto Archives



A pesar de los comentarios desfavorables por parte de los arquitectos más conservadores, la crítica y la opinión pública halagaron la propuesta, definida como expresiva y monumental. En el momento de su inauguración, el 13 de septiembre de 1965, se convirtió en el símbolo de la modernización de la ciudad.








Fotografía de City of Toronto Archives



Emblema de la ruptura con la tradición, el Ayuntamiento de Toronto rechazaba la ortogonalidad de la caja neutra y los prismas de oficinas, imponiéndose como un revulsivo del nuevo desarrollo urbano que contagió al resto de la ciudad.




Fotografía de Eugen Sakhnenko




Fotografía de Ashtontekno



Fotografías de City of Toronto, Canadian Architectural Archives-University of Calgary, City of Toronto Archives, Chimay Bleue, Eugen Sakhnenko, Wladyslaw, Thomas Hawk, C. Hanchey, Jérôme Decq, Ashtontekno y Paolo Costa Baldi

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