El estudio de arquitectura Ménard Dworkind, una asociación entre el diseñador Guillaume Ménard y el arquitecto David Dworkind, crea un Chinatown en miniatura dentro de un colosal restaurante en el suburbio Laval de la ciudad canadiense de Montreal. El equipo Ménard Dworkind, buscó manifestar un espacio lo suficientemente atractivo para los residentes de Laval que suelen visitar Montreal en busca de restaurantes modernos y fotogénicos.
Dworkind y Ménard viajaron a diferentes barrios chinos de la ciudad de Montreal, Vancouver y San Francisco para estudiar las consistencias estéticas de los barrios. Letreros con luces de neón, puertas de tijeras plegables y linternas colgantes fueron algunas de las conclusiones que incorporaron en el diseño cinematográfico de Miss Wong acogiendo al mismo tiempo un diseño más tradicional de la cultura China.
Un total de 930 metros cuadrados que han ofrecido gran libertad creativa, aunque también estaban plagados de desafíos de diseño. Los diseñadores han jugado con diferentes niveles de escenario y alturas para cada área, creando entornos únicos que consiguen además zonas más pequeñas para la socialización más íntima.
Los huéspedes entran a Miss Wong a través de un pasaje de techo bajo y un arco chino decorativo tradicional. Al emerger bajo una mini pagoda china en el otro lado, son recibidos por techos de ocho metros de altura, cajas de luz de neón y bolas de discoteca en el comedor principal. Un espacio que consigue plasmar un mundo bombardeado con señalización y ruido visual.
El espacio central se inspira en las cervecerías tradicionales con largas mesas comunales y pavimento de hormigón. Cuatro zonas adicionales sobre multiplataformas alrededor del lugar para recrear la intimidad similar a un salón de una guarida de opio.
Cada una de estas áreas en el emporio presenta un ambiente distintivo a través de la textura y el color, como las alfombras en verde esmeralda en la Zona Verde y los suelos de epoxi rojo de la Zona Roja, consiguiendo que los visitantes de Miss Wong disfruten de una experiencia gastronómica diferente cada vez.
Según explica el equipo de Ménard Dworkind se eligió una iluminación que combinaba el kitsch y la cultura de los barrios chinos de todo el mundo, respectivamente. Muchos de los accesorios han sido hechos a medida con artículos comprados en el barrio chino de Montreal, incluida la iluminación colgante hecha de abanicos de papel plegables y el techo cubierto de linternas de la Zona Roja.
Formando un arco detrás de la barra principal, se encuentran linternas que cuelgan de cañas de acero revestidas con pintura en polvo, que imitan a las tradicionales linternas curvas que se proyectan sobre los barcos de los pescadores chinos.
Un gran proyecto que no solo fue el debut del dúo sino que además fue reconocido con el premio Grand Prix Du Design de la 12ª edición en la categoría de bares, salones y clubes nocturnos del país.
Fotografía, David Dworkind.