Ubicado en el centro de Kioto, justo al oeste del Palacio Imperial, rodeado por la arquitectura más tradicional que conserva la ciudad japonesa encontramos el Hotel Ninja Black. Un proyecto diseñado por la firma de arquitectura local EASTERN Design Office
Imagen de Koichi Torimura y Takashi Inaizumi
Dentro de un área poblada por casas y edificios tradicionales, pequeñas tiendas y hoteles, encontramos el hotel Ninja Black, un proyecto inspirado en el concepto de la sombra. Un pequeño hotel de cinco plantas que cuenta con un total de 21 habitaciones. Una edificación construida sobre una típica parcela estrecha en el corazón de Kioto, con 9 metros de ancho y 35 metros de profundidad.
El propietario del hotel es natural de la cercana ciudad de Kouga, conocida durante siglos como el hogar de los ninjas. A lo largo de su historia, los ninjas siempre han vivido y se han asociado con la sombra, donde no pueden ser vistos, pero aún así pueden desempeñar su papel. Es así como nació el concepto de diseño de este hotel: misterioso, sombrío y silencioso, pero con una fuerte presencia.
Imagen de Koichi Torimura y Takashi Inaizumi
Imagen de Koichi Torimura y Takashi Inaizumi
La fachada está diseñada para evocar la idea de que un ninja podría estar escondido en cualquier lugar. Toda la fachada está cubierta por Koushi, celosías en madera de estilo japonés. Este tipo de celosía es muy recurrente en la arquitectura japonesa tradicional, puesto que ofrece gran intimidad a la edificación sin reducir en exceso la entrada de luz natural durante el día. Además, ofrece un interesante patrón de luces y sombras tras la puesta de sol.
Imagen de Koichi Torimura y Takashi Inaizumi
Imagen de Koichi Torimura y Takashi Inaizumi
Imagen de Koichi Torimura y Takashi Inaizumi
Sobre esta impresionante fachada, también se agregan aleros sobre el primer, segundo y último piso, pero el protagonismo se lo sigue llevando una doble fachada de Koushi. Cada una de las capas de celosías diseñadas para este proyecto ha sido creada con una ligera inclinación alterna, lo que consigue crear un patrón en forma de V al sobreponerlas. Estas fueron instaladas con una separación entre ellas de unos 12 centímetros, para enfatizar la sensación de sombra y profundidad.
Cada pieza de la celosía está pintada de marrón en un lado y de negro por el frente y el lateral opuesto, de modo que cuando se acerca al hotel desde el este, la fachada se mimetiza con el entorno tradicional, pero cuando nos vamos acercando al edificio, el marrón se desvanece y aparece la impresionante celosía negra.
El interior está diseñado en torno al concepto de oscuridad y juego de sombras. Tapices y pinturas tradicionales decoran todos los espacios, junto a diversos elementos característicos de la arquitectura ninja, de manera que los visitantes pueden experimentar trucos ninja en diferentes espacios de este hotel.
Justo en la recepción, encontramos un Otoshiana, un pozo profundo con 50 púas afiladas en el fondo. Por supuesto, está cubierto con un vidrio grueso para que este forme parte del pavimento, pero el cliente se sorprenderá cuando lo encuentre sobre él mientras se prepara para registrarse.
Izq: Imagen de Koichi Torimura y Takashi Inaizumi / Dch: Imagen de Jeffrey Friedl
Imagen de Koichi Torimura y Takashi Inaizumi
Cuando el cliente se acerca a la recepción, no ve personal, solo una sólida pared de pan de oro. Pero de repente, aparece un ninja (el personal de recepción va vestido de ninja) a través de un Kakushi Tobira, una puerta giratoria invisible que se abre y se funde con la pared tan rápido como el ninja se materializa en silencio. Múltiples Shuriken (estrellas arrojadizas) están colocados ornamentalmente en las paredes del hotel, así como Damashie (imágenes de ilusión óptica) de siluetas de ninjas, se proyectan repentinamente en la pared del pasillo principal de la planta baja del hotel sorprendiendo a los huéspedes.
Imagen de Koichi Torimura y Takashi Inaizumi
Sin duda, un hotel en el que no solo disfrutar de una ciudad repleta de cultura y tradiciones milenarias, sino también sumergirse en una experiencia ninja.
Fotografía de Koichi Torimura, Takashi Inaizumi y Jeffrey Friedl
Imagen de portada de Koichi Torimura, Takashi Inaizum
Escrito por María José Sanz desde YOKOHAMA