El diseñador japonés Yusuke Seki crea un espacio comercial para la marca danesa de sonido Bang & Olufsen en Kioto, un proyecto que llenó la brecha temporal entre el cierre de una antigua tienda de ropa y la demolición del edificio, dando una nueva y última oportunidad de vida a la construcción
Un total de tres meses duró la obra efímera de Seki inaugurada el pasado mes de mayo, una tienda pop-up distribuida en dos plantas creada para acercar la prestigiosa marca Bang & Olufsen a sus clientes más fieles en el país nipón. Un proyecto que resalta la propia naturaleza de la arquitectura, combinada con líneas limpias que hacen destacar los productos y filosofía de la firma.
Dentro de la tienda encontramos mesas de exposición que fueron diseñadas especialmente para este espacio. Mesas sostenidas por bloques de hormigón construidos in situ para fundirse con el ambiente. Para cada uno de estos bloques se utilizaron cuatro piezas de madera que se ensamblaron a modo de molde y luego se rellenaron con hormigón, tras su endurecimiento, se retiraron dos de los laterales del molde, dejando las piezas restantes para servir como patas de mesa.
Un diseño que no solo redujo el uso de materiales sino que funciona como un rastro narrativo del proceso de construcción. Una idea que soluciona el ansia de Seki, consciente de la naturaleza temporal de la tienda, por la reutilización y reducción de desechos.
La madera utilizada para este propósito fue tsuga, un material costoso que a menudo podemos encontrar en la arquitectura de los templos japoneses, algo que subraya y eleva el valor dado a este espacio.
Las paredes y el techo dejaron a la vista un estado de demolición inicial, únicamente ornamentadas con fotografías instaladas en los huecos donde antes encontrábamos los estantes de la vieja tienda, y revestimiento blanco que unifica los elementos arquitectónicos.
En la parte posterior de la primera planta, la adición de grava blanca como pavimento hace referencia a una práctica común de los santuarios de Jinja alrededor de Kioto, y transforma esta parte del negocio en un espacio sagrado que refleja cómo la experiencia de escuchar música puede ser a la vez una práctica espiritual. De la misma manera, esto ha sido trasladado hasta la segunda planta, la cual ha sido convertida en otro espacio para la reflexión gracias a la eliminación de todos los elementos divisorios.
Escrito por María José Sanz desde YOKOHAMA
Fotografía de Tomooki Kengaku