En sesión plenaria de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando celebrada este lunes 15 de diciembre, ha sido elegido nuevo Director de la Academia Fernando de Terán, arquitecto de dilatada experiencia y reconocido prestigio en la teoría y práctica del urbanismo.
Fernando de Terán, quien toma el relevo de Antonio Bonet Correa en la Dirección de la Academia, fue nombrado Académico en 2002 e ingresó en la Corporación tras la lectura de un discurso revelador de su bagaje intelectual como urbanista, con el sugerente título de Medio siglo de pensamiento sobre la ciudad. Ha desempeñado funciones relevantes en la Academia, donde ocupa la Secretaría General desde 2010, caracterizándose por una gestión reflexiva y eficiente. En el ejercicio de este cargo concibió y sigue impulsando la figura del “espacio de reflexión” en las sesiones académicas.
Fernando de Terán Troyano (Madrid, 1934) doctorado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1966, ha dirigido órganos urbanísticos o estrechamente relacionados con el urbanismo en la Administración Pública del Estado y en el Ayuntamiento de Madrid. Desempeñó los cargos de Subdirector General de Urbanismo (1972), Director Técnico de Planeamiento del Área Metropolitana de Madrid (1977-1980) y Director del Instituto de Estudios de Administración Local (1985-1987).
Las fuentes conceptuales básicas de Fernando de Terán proceden fundamentalmente de Ortega y de Bergson. La lógica de Ortega está presente en su pensamiento general y en la confianza en el método historicista; la aportación de Bergson se percibe en el valor concedido a la intuición. Entiende, pues, el urbanismo como un acto creativo basado en el conocimiento histórico y en la intuición como acumulación y decantación de la experiencia. La ciudad es para Terán un campo de fuerzas en movimiento que se reorganizan constantemente, produciendo una serie de manifestaciones espaciales, en que se entrelazan los aspectos físicos con cuestiones políticas, económicas y sociales.
Su pensamiento está determinado por el espíritu de reforma social, por la vocación de poner sus conocimientos al servicio de la mejora social a través de un espacio más funcional y, en suma, por la voluntad de mejorar la calidad de vida de los usuarios de la ciudad. Ha consagrado gran parte de sus acciones al análisis y a la defensa consecuente de un planeamiento que necesita adecuarse, en cuanto a su método, a las circunstancias que lo rodean.
Por todo esto, ¡felicidades a Fernando de Terán por tan distinguido puesto!